33.- La venganza parte 3


Fue una mañana lluviosa en Tierra Caliente cuando un hombre de casi 25 años llegó a la Hacienda Montenegro buscando trabajo... en el despacho de la casa principal lo recibió Lucio, la máxima autoridad del lugar...
Lucio observó de pies a cabeza al hombre y le preguntó: ¿cuál es tu nombre?
Con voz firme, el entonces desconocido respondió: Bruno
L: Bruno ¿qué?... supongo que tienes padre... ¿cómo te apellidas?
Sonriendo sarcásticamente, Bruno contestó: Ramírez, soy Bruno Ramírez señor Montenegro...
¿cómo te apellidas?Sonriendo sarcásticamente, Bruno contestó: Ramírez, soy Bruno Ramírez señor Montenegro
Lucio se acercó a Bruno y le dio una bofetada: no permito que nadie se ría de mí... lárgate, no me sirves para nada...
Sólo unos segundos bastaron para que Bruno comprobara que lo que todos decían en el pueblo era verdad... Lucio Montenegro era un hombre cruel, pero él no se quedaba atrás... Bruno había huido de su pueblo natal por asesinar a tres hombres, ahora necesitaba un trabajo y donde hospedarse, por eso insistió...
B: por favor señor Montenegro, discúlpeme... no me malentienda, yo nunca me reiría de usted, perdóneme si lo ofendí... le suplico que me dé el trabajo de capataz, necesito mucho la chamba...
Lucio gozaba de humillar a las personas y ahora fue él quien sonrió al ver a Bruno subajado y manso como un cordero...
L: ¿quieres ser capataz de mi Hacienda? esto no es un juego... ¿qué experiencia tienes?
B: he sido capataz en varios ranchos, claro no de una Hacienda tan grande como esta, pero le aseguro que puedo con el trabajo...
L: decirlo es muy fácil...
B: póngame a prueba, le aseguro que no lo defraudaré... yo puedo serle muy útil...
L: aún eres joven... ¿crees que podrás con todos los peones de este lugar?
B: por supuesto que puedo... los peones son como los animales, hay que enseñarles que si quieren comer tienen que trabajar muy duro...
Lucio sonrió nuevamente y dijo: me gusta cómo piensas... a mí no me tiembla la mano cuando se trata de trabajo y si tú quieres ser mi capataz tienes que ser igual o peor que yo...
B: le repito que puede ponerme a prueba...
L: muy bien, te daré una oportunidad... veremos si como roncas duermes...
Bruno respondió muy contento: se lo agradezco señor Montenegro... le juro que no se arrepentirá...
L: más te vale que así sea... voy a darte un recorrido por la Hacienda para que la conozcas...
B: señor, me dijeron en el pueblo que tiene un hermano... ¿él también tiene que ver con los asuntos de la Hacienda?
Con un tono de prepotencia, Lucio contestó: Damián no es nadie aquí... sólo es un parásito que vive de lo que le doy... tu único patrón seré yo y si quieres conservar tu trabajo tendrás que obedecerme y serme fiel como un perro ¿entiendes?
Bruno agachó la cabeza y dijo: sí patrón, entiendo perfectamente...
L: bien, vamos para que conozcas toda la Hacienda...
Bruno abrió la puerta del despacho y servilmente le cedió el paso a Lucio, que mirándolo con desdén habló: una cosa más...
B: mande patrón...
L: si llegas a quedarte como capataz aquí, nunca olvides tu lugar... tú eres y siempre serás un empleado más, nunca pretendas compararte conmigo, yo soy un Montenegro y tú eres un donnadie... nunca, óyelo bien, nunca podrás estar por encima de un Montenegro...
nunca, óyelo bien, nunca podrás estar por encima de un Montenegro
Bruno sólo asintió y comenzó a caminar detrás de Lucio... aunque el nuevo capataz se mostraba servil, en su interior maldecía la prepotencia de su patrón...
B: maldita basura... la vida da muchas vueltas y quizás algún día yo llegue a estar por encima de ti y de toda tu asquerosa familia...
Han pasado muchos años, Lucio está muerto y Bruno está por cumplir lo que una vez deseó... esta noche podría terminar por encima de todos los Montenegro...
**********
En la Hacienda, Damián les explicaba a sus cuatro hijos y dos nietos el peligro que representaba Bruno en sus vidas...
Damián: alguna vez Bruno fue el capataz de esta Hacienda... él y mi hermano hicieron de este lugar un verdadero infierno...
Maia, la menor de sus hijos, preguntó: pero por qué nos odia... ¿por qué secuestró a mamá y al tío Juan? ¿qué le hemos hecho?
El barbado respondió: hija, tú aún desconoces muchas cosas, pero Bruno forma parte de un pasado que Gabriel y yo creíamos enterrado... ahora no es el momento para explicarte, pero debes saber que ese tipo representa un gran riesgo para todos...
Ángel: papá, tenemos que rescatar a mi mamá y también al tío Juan y a Saraí...
Ángel: papá, tenemos que rescatar a mi mamá y también al tío Juan y a Saraí
Damián: por supuesto que lo haremos... tiemblo sólo de pensar que ese desgraciado pueda hacerle algo a mi Gabriel, pero si se atreve a tocarle un cabello les juro que lo mato, yo mismo lo mato con mis propias manos...
Rafael se acercó a su padre y dijo: todos nos volveremos asesinos si ese tipo toca a mi mamá... lo que no entiendo es que hace ese tipo acá... cuando me contaste la historia de tu pasado, me dijiste que él estaba preso...
Damián: y así fue... recuerdo que lo condenaron a 50 años o más, no entiendo cómo salió libre... lo que sí sé, es que él es quien está detrás de todo lo que está pasando...
Mateo cuestionó: ¿todo? ¿a qué te refieres con todo abuelo?
Damián: a que seguramente fue Bruno quien envenenó a Andrés Duarte en nuestra contra...
Emmanuel miró fijamente a su padre al escuchar el nombre de su marido y dijo: papá ¿tú crees que él fue...?
Damián: sí, no tengo ninguna duda... Gabriel sospechaba que alguien estaba en las sombras manipulando a Andrés... ya estoy seguro que se trataba de Bruno, sólo él pudo contarle todas esas mentiras a Andrés...
Ángel: ¿mentiras? ¿qué tiene que ver Andrés en todo esto? no entiendo...
Rafael: yo tampoco entiendo...
Damián vio a Emmanuel y le dijo: hijo, creo que tus hermanos deben saber todo lo que ha pasado... sé que es algo muy personal y te duele, pero somos tu familia y este problema está directamente relacionado con lo que te pasó...
Ángel, Rafael, Maia, Mateo y Jonás observaron a Emmanuel en busca de una respuesta...
El ojimiel no aguantó las lágrimas y comenzó a llorar mientras hablaba: Andrés nunca me quiso... él creía que el tío Lucio era su padre y que nuestros papás lo habían matado, por eso quería vengarse... para hacerlo necesitaba meterse en la familia y se casó conmigo para cumplir su venganza... Andrés sólo me usó como un instrumento para lograr sus planes...
Mateo y Maia corrieron para abrazar a Emmanuel y limpiar su llanto... Ángel y Rafael se miraron llenos de rabia mientras apretaban sus puños con impotencia...
Rafael: desgraciado cabrón... ¿cómo pudo hacer algo tan bajo?
Ángel: papá, ¿tú crees que Andrés está aliado con Bruno en todo esto?
Damián: se supone que él ya sabe la verdad, pero no lo sé... quizás en estos momentos Andrés y Bruno están actuando juntos... no podemos confiar en alguien como Andrés...
**********
Encerrados dentro de una habitación, Gabriel y Juan luchaban por liberarse de las ataduras que tenían...
Gabriel logró quitarse la mordaza de la boca y dijo: Juan, tenemos que escapar de aquí... Bruno está loco y quiere hacerle daño a nuestros hijos... no podemos permitirlo...
Juan sólo podía asentir con la cabeza, ya que su boca estaba sellada por un pañuelo que le impedía hablar...
Atado a una silla de madera, Gabriel comenzó a brincar para acercarse a su amigo e intentar desamarrar sus manos... desafortunadamente lo único que consiguió fue caerse al suelo quedando en una incómoda posición y sin poder liberarse...
En esos momentos, Bruno entró al cuarto y rió al ver a Gabriel intentado desatarse...
B: jajajajaja... hagas lo que hagas no podrás liberarte Gabriel... tu destino y el de tu familia ya están sellados...
G: por favor Bruno, déjanos ir... aún estás a tiempo de recapacitar y enmendar tu camino...
B: no comiences con tus sermones de sacerdote frustrado... aunque supliques no cambiaré de opinión... esta noche tú y los Montenegro se van a morir... ya falta muy poco para la función principal así que los llevaré al lugar que ocuparán durante el show...
Bruno levantó a Gabriel del suelo mientras este suplicaba: por favor Bruno, no nos hagas más daño...
El perverso hombre volvió amordazar a Gabriel para que no siguiera hablando: ruega todo lo que quieras, pero esta noche será el fin de los Montenegro...
**********
Era poco más de la once de la noche cuando alguien tocó la puerta de la Hacienda Montenegro... se trataba de Pablo...
Mateo corrió a abrazar a su novio en cuanto lo vio: mi amor, ¿qué haces aquí?P: no podía quedarme en mi casa sabiendo todo lo que estás sufriendo
Mateo corrió a abrazar a su novio en cuanto lo vio: mi amor, ¿qué haces aquí?
P: no podía quedarme en mi casa sabiendo todo lo que estás sufriendo... vine porque quizás pueda ayudar en algo...
M: tienes razón, ahora te necesito más que nunca... estoy muy preocupado y sin mis papás sólo contigo me siento seguro...
P: te amo bebé y nunca permitiré que te pase nada...
La conversación fue interrumpida por la aparición de Damián, Ángel y Rafael...
El barbado rubio dijo: ya casi es la hora... debemos ir al río donde Bruno nos citó...
Emmanuel se acercó a su padre: yo ya estoy listo...
Damián: tú no vas a ir Emmanuel... tú te quedas aquí...
El ojimiel se sorprendió y dijo: pero papá, la carta de ese tipo dice que vayamos todos los Montenegro... yo tengo que ir...
Damián: no vamos hacer todo lo que ese tipo diga... es obvio que se trata de una trampa, por eso sólo me acompañarán tus hermanos mayores... tú te quedarás con Maia, Mateo y Jonás...
Emmanuel vociferó: pero papá, yo tengo que ir... mi mamá está en peligro y yo tengo que hacer algo, además si Andrés está involucrado, yo tengo que...
Ángel interrumpió: ya basta Emmanuel, déjate de tonterías, tú menos que nadie puede ir... en tu estado no sólo te pondrías tú mismo en peligro sino también a tu bebé...
Emmanuel: pero es que yo...
Rafael: entiende Emmanuel... este es un asunto peligroso... es algo que tenemos que resolver nosotros...
El ojimiel no pudo continuar insistiendo y Maia se acercó a Damián con lágrimas en los ojos: papá, tengo miedo que les pase algo...
Damián: no te preocupes hija, tus hermanos y yo vamos armados... verás que regresaremos a salvo con tu mamá, tu tío y tu prima...
Jonás se paró frente a Damián y dijo: abuelo, yo también quiero ir... mi mamá y mi hermana están en peligro, es mi deber acompañarlos...
El barbado colocó su mano en el hombro de su nieto y respondió: te entiendo hijo, pero a donde vamos es muy peligroso y tú eres muy joven...
Apretando sus puños, Jonás insistió: yo ya soy un hombre abuelo y quiero ayudar para rescatar a mi mamá y mi hermana...
Damián: lo sé hijo, sé que ya eres un hombre y por eso necesito que te quedes para que en nuestra ausencia cuides de Mateo, Emmanuel y Maia...
Pablo que observaba toda la escena intervino: señor Montenegro, aunque no soy parte de su familia estoy aquí porque amo a Mateo y también soy amigo de Emmanuel... le aseguro que yo me quedaré todo el tiempo necesario y no permitiré que les pase nada...
Jonás insistió: lo ves abuelo, déjame ir contigo...
Damián: está bien Jonás... vendrás con nosotros...
El barbado rubio sacó una pistola de su pantalón y se la dio a su nieto: toma, deberás usarla si es necesario...
Jonás asintió mientras que Damián se dirigió al despacho, minutos después regresó con una escopeta en las manos y se acercó a Pablo...
Damián: toma, esta escopeta está cargada... te la dejo para que cuides a mis hijos y mi nieto...
El pelirrojo asintió: no se preocupe señor Montenegro... yo los cuidaré...
Damián: muy bien, vámonos de una vez...
Con rostro de preocupación, Emmanuel, Mateo, Maia y Pablo vieron salir de la casa a Damián, Ángel, Rafael y Jonás, quienes abordaron una camioneta para dirigirse al río donde los habían citado...
**********
En la sala de la casa a las afueras de Tierra Caliente, Gabriel y Juan atados a sillas de madera observaban a Bruno que esparcía gasolina por todo el lugar...
Con sonrisa siniestra, el perverso hombre decía: muy pronto sólo quedarán cenizas de este lugar...
Bruno dejó el garrafón de gasolina y se acercó a Gabriel para quitarle la mordaza de la boca...
G: ¿qué vas hacer Bruno? ¿qué vas hacer?
B: ¿no te lo imaginas?... voy a quemar todo este lugar... esta casa se reducirá a cenizas con ustedes dentro... contigo, con Juan y con todos los Montenegro dentro...
G: estás enfermo... no puedes hacer eso...
B: claro que puedo y así lo haré...
G: por Dios Bruno, recapacita... lo que quieres hacer es una locura...
B: no gastes tus palabras, que nada frenará mi venganza...
G: Dios no puede permitir que nos hagas más daño...
B: ¿Dios? por favor Gabriel... no salgas ahora con eso... yo no creo en tu Dios... es el diablo quien me ha ayudado para llegar hasta aquí... tuvo que ser el demonio el que me sacó de la cárcel y me llevó hasta Andrés... gracias a una serie de coincidencias hoy por fin cumpliré mi venganza... será gracias al diablo y no a tu Dios...
G: no blasfemes... Dios jamás permitirá que alguien tan perverso como tú se salga con la suya...
B: cómo puedes decir eso cuando estás atado y a punto de morir carbonizado... ¿todavía crees en Dios?
G: por supuesto que creo en él y creeré hasta mi último suspiro... tú no vas a ganar Bruno... te aseguro que no ganarás...
B: siempre has sido un tonto Gabriel... yo ya gané... con el diablo de mi lado lograré mi venganza...
G: no será así Bruno...
El malvado hombre observó su reloj y dijo: ya falta muy poco para que lleguen el resto de los invitados y entonces veremos quién tiene la razón... si yo con el demonio a mi favor o tú con el Dios que tanto confías...
**********
Los cuatro Montenegro llegaron al río... se bajaron de la camioneta y no vieron a nadie cerca...
Ángel: aquí no hay nadie papá... ya es medianoche y no hay nadie...
Rafael: quizás tengamos que esperar...
Damián: parece que Bruno quiere jugar con nosotros...
Jonás que alumbraba con una lámpara manual la oscuridad del lugar fijó su mirada en un objeto a orillas del río... el adolescente se acercó y vio que se trataba de una botella con una carta en su interior...
Jonás: abuelo, esta botella tiene algo adentro...
Damián tomó la botella y rápidamente sacó el papel de su interior para leer el mensaje que contenía...
"Mi estimado Damián Montenegro, quiero que nuestra reunión sea en un lugar muy especial... un lugar con historia para nosotros... no te diré dónde, sólo te daré algunas pistas... es un lugar donde me refugié cuando escapé de la Hacienda Montenegro, es el mismo lugar donde tú te convertiste en asesino, donde tu querido hermano mayor falleció... los estoy esperando, no tarden porque puedo impacientarme... Atentamente B."
El rubio barbado arrugó el papel y dijo: vámonos de aquí... ya sé dónde está Bruno...
Rafael: ¿en dónde papá?
Damián: en la casa que está a las afueras del pueblo...
Sorprendidos, los tres jóvenes junto con el patriarca de los Montenegro se subieron nuevamente a la camioneta para ir al lugar donde se decidiría su futuro...
**********
Desde la ventana, Bruno esperaba con impaciencia la llegada de sus enemigos... se acercó a donde estaban Gabriel y Juan y les dijo: ya se tardaron demasiado... ¿serán tan imbéciles o será que ustedes no les importan?
El pelinegro tomó la quijada de Gabriel y mirándolo morbosamente habló: si no vienen pronto creo que tendré que hacer algo para divertirme... se me ocurre jugar contigo Gabrielito... puedo darte algo para que no olvides antes de matarte...
El castaño se movía desesperado sin poder hablar ni hacer nada para liberarse... las manos de Bruno bajaron por el cuello de Gabriel topándose con el crucifijo que siempre portaba...
El malvado observó la cruz y dijo: siempre llevas esto en el cuello... representa todo lo que dejaste para ser un Montenegro... si te hubieras convertido en sacerdote ahora estarías rezando en algún lugar y no a punto de morir...
Bruno arrancó bruscamente el crucifijo del cuello de Gabriel y lo tiró en el suelo para romperlo con un pisotón
Bruno arrancó bruscamente el crucifijo del cuello de Gabriel y lo tiró en el suelo para romperlo con un pisotón...
Lágrimas cayeron por el rostro de Gabriel mientras Bruno riendo malignamente dijo: entiéndelo de una vez... ahora ni Dios podrá salvarte...
En esos momentos, Bruno escuchó el motor de un automóvil... corrió a asomarse a la ventana y vio las luces de un vehículo... era una camioneta negra que llevaba el sello de la Hacienda Montenegro... el perverso hombre sonrió y nuevamente regresó junto a sus señuelos...
De la camioneta descendieron Damián, sus dos hijos mayores y Jonás...
Rafael preguntó: ¿estás seguro que es aquí papá? la casa está en penumbras... parece como si no hubiera nadie...
Damián: por supuesto que es aquí... alisten sus armas... estén preparados para todo... vamos a entrar...
Los cuatro hombres ingresaron a la casa y el olor a la gasolina llegó de inmediato a sus narices...
Ángel: ¿por qué huele tanto a gasolina?
Jonás: casi no veo nada abuelo...
Damián: shhhh... guarden silencio y tengan cuidado... ese cabrón podría estar en cualquier parte...
Cuando llegaron al salón principal, los cuatro escucharon ruidos... eran los gemidos de dos personas... se acercaron aún más y entonces se hizo la luz...
Bruno encendió una lámpara para romper con la oscuridad y los cuatro Montenegro observaron la terrible escena... Gabriel y Juan estaban atados a dos sillas sin poder hablar mientras que Bruno estaba parado en medio de ellos sonriendo perversamente...
Bruno: bienvenidos... ya comenzaba a impacientarme, pensé que no vendrían a rescatar a sus queridos familiares...
ya comenzaba a impacientarme, pensé que no vendrían a rescatar a sus queridos familiares
Con ojos llenos de rabia, Damián intentó acercarse diciendo: eres un maldito Bruno... ¿cómo te atreves a tener así a Gabriel y Juan?... te vas arrepentir...
De inmediato, Bruno sacó dos pistolas y apuntando a las cabezas de los atados dijo: mucho cuidado Damián Montenegro... si das un paso más le vuelo los sesos a tu amado y a Juan... tú decides...
Damián tuvo que detenerse al ver el peligro que corrían Gabriel y Juan... en esos momentos, Ángel reconoció a Bruno, era el mismo hombre que alguna vez había hablado con él en la cantina del pueblo...
Ángel: ¿Braulio?... tú eres Braulio...
Rafael: ¿conoces a este tipo?
Bruno respondió: sí Ángel, soy Braulio... ese fue el nombre que te di... por lo que supe mi consejo ayudó para que te decidieras a robarle el prometido a tu hermano...
Damián: ¿de qué estás hablando desgraciado?
Bruno: yo aconsejé a tu hijo para que peleara por la persona que amaba, o sea el prometido de su hermano... la verdad esperaba más de ti Ángel, pensé que te parecías un poco más a tu tío Lucio, pensé que al igual que él serías capaz de hacer cualquier cosa por el amor de ese francés... para mi mala suerte no eres más que un cobarde...
Ángel habló con firmeza: tú no me conoces... no soy un cobarde, pero tampoco sería capaz de matar a mi hermano... mis padres nos educaron para amarnos por sobre todas las cosas...
Rafael: es verdad, ni Ángel ni yo somos cobardes, sin embargo entendemos que los lazos de la sangre son más fuertes que cualquier otro sentimiento...
Rafael: es verdad, ni Ángel ni yo somos cobardes, sin embargo entendemos que los lazos de la sangre son más fuertes que cualquier otro sentimiento
Bruno aplaudió sarcásticamente: bravo, los felicito Damián y Gabriel... criaron a hijos muy nobles y también muy estúpidos... la verdad es que su hermandad y amor familiar me da asco... todos los Montenegro me dan asco...
Damián vociferó: ya basta Bruno... ¿qué demonios quieres y por qué estás haciendo todo esto?
Bruno: ¿de verdad no lo sabes?
Damián: no y si lo que quieres es dinero, yo puedo darte...
Bruno: no me interesa tu dinero Damián... lo que yo quiero es venganza... quiero vengarme de lo que tú, Gabriel, Juan y Tadeo me hicieron...
Damián: nosotros no te hicimos nada...
Bruno: claro que sí... por su culpa pasé casi 20 años en la cárcel... mi vida ahí fue un infierno... por culpa de ustedes, por su maldita culpa...
Damián volvió a gritar: no, no es nuestra culpa... si te encerraron fue por tus acciones... Juan te denunció por todo lo que le hiciste, además quisiste matar a mi hijo Tadeo y también te condenaron por otros crímenes que debías en tu pueblo natal...
Bruno: sí, pero Gabriel hizo que Juan me denunciara, tú moviste todas tus influencias para que me encerraran y el maldito de tu hermano Lucio me traicionó... como sea Lucio ya está muerto, pero ustedes tendrán que pagar corriendo el mismo destino de tu hermano mayor...
Damián: estás desquiciado Bruno... en todo caso si quieres vengarte de alguien hazlo conmigo... deja fuera de esto a Gabriel, a mis hijos y a toda mi familia...
Bruno: no... toda tu familia tiene que pagar por lo que me hicieron... todos tendrán que pagar... y precisamente en la carta que les envié dije que vinieran todos y no cumplieron... faltan tus dos hijos menores y el mayor de los hijos de Juan...
Damián: no vamos hacer lo que tú quieras... estamos los que estamos y punto...
Bruno sonrió y dijo: ja... ya veo, dejaste a las "mujercitas" de tu familia fuera de todo esto, pero cuando acabe con ustedes, Emmanuel, Mateo y tu hija menor serán las siguientes víctimas en mi venganza...
Ángel furioso intervino: ya basta... no tenemos por qué seguirte escuchando...
Bruno colocó sus dos pistolas en la cabeza de Gabriel, que temblaba sin poder hablar, sólo gemir...
Bruno: no te hagas el valiente muchachito... tu padre me conoce y sabe que no dudaré en matar a tu madre si te acercas más...
Damián posó su mano en el hombro de Ángel para impedir que se acercara más a Bruno...
Ángel: eres un maldito cobarde... tienes que escudarte en la vida de mi madre para enfrentarte a nosotros... no eres un hombre, eres un miserable... vales menos que una rata...
Harto de las ofensas, Bruno apuntó a Ángel: voy a callarte esa enorme boca que tienes...
De inmediato, Rafael sacó su pistola y apuntó a Bruno: si hieres a mi hermano, tú también te mueres...
Bruno río y apuntó nuevamente sólo a Gabriel: jajajaja... sabía que vendrían preparados, pero yo también lo estoy...
Damián: ¿de qué hablas?
Bruno: de que tendrán que arrojar sus pistolas al suelo ahora mismo o mato a Gabriel...
Damián: no seas estúpido Bruno... detén esto ya...
Bruno: no te acerques Damián, o Gabriel se muere...
El malvado hombre jaló el martillo del revolver alistándolo para disparar en la sien de Gabriel, que miraba con ojos aterrados a su marido...
Damián temía que Bruno cumpliera su amenaza, por lo que no pudo más que acceder...
Damián: está bien... tú ganas... arrojaremos las armas al suelo, pero deja de apuntarle a Gabriel...
Bruno: yo soy quien da las órdenes aquí... arrojen las armas ahora mismo... vamos qué esperan... arrójenlas...
Damián sacó la pistola de su pantalón y la tiró al suelo...
Ángel dijo: pero papá ¿qué haces?
Damián: no queda de otra... la vida de Gabriel es más importante... obedezcan y arrojen sus armas al suelo...
Ángel entendió que estaban entre la espada y la pared por lo que también aventó su arma al piso, seguido de Rafael y Jonás, que hicieron lo mismo...
Bruno: muy bien... ahora quiero que tomen las "esposas" que están en ese sillón y se las coloquen en las manos...
Rafael dijo: ¿qué? eres imbécil si crees que haremos eso...
Bruno: los únicos imbéciles aquí son ustedes y van hacer todo lo que les diga si no quieres ver morir a su madre...
Rafael: ya estoy harto de ti... no soporto más...
Damián detuvo a Rafael: tranquilo hijo... recuerda que la vida de tu madre vale mucho más... hagamos lo que él nos pide...
Ángel: pero papá... yo creo que...
Damián vociferó: les dije que haremos lo que él quiere... obedezcan...
Bruno sonrió perversamente al ver como cada uno de los cuatro Montenegro tomó un par de esposas y se las colocaron en las muñecas de sus manos limitando su movilidad...
Bruno: bien, muy bien Damián... los años te han vuelto sensato o será que te han vuelto débil...
Damián: escúchame Bruno, hoy para mí lo más importante es mi familia... daría mi vida por ellos... dime cuánto quieres para dejarnos en paz... te doy toda mi fortuna si eso me pides...
Bruno: jajajaja... ¿crees que todo se arregla con dinero?... no Damián, hay cosas que el dinero no puede comprar...
El malvado dejó de apuntar a Gabriel y caminó hacia los cuatro hombres sabiendo que estaban imposibilitados de actuar contra él... sin soltar ninguna de sus armas, Bruno se paró frente a Damián y con su rodilla le asestó un fuerte golpe en el estómago...
Ángel y Rafael tuvieron que apretar sus puños al ver a su papá caer de rodillas ante Bruno por el fuerte golpe...
Bruno: jajajaja... este placer no me lo da ni todo el dinero del mundo... el placer de humillarte Damián... este golpe es igual al que me diste hace 20 años cuando yo estaba en los separos... en ese entonces tú eras poderoso y yo un donnadie... pero ahora los papeles se han invertido... ahora tú estás de rodillas ante mí y así será como terminarás...
Ángel gritó: deja a mi padre... eres un miserable...
Ángel y Rafael intentaron irse sobre Bruno, pero este volvió a amenazar: quietos todos... ya les dije que si se mueven mato a quien sea...
Los dos jóvenes se detuvieron mientras que Bruno ordenó: de rodillas ustedes también... arrodíllense ahora mismo o su padre se muere... vamos, háganlo si no quieren que lo mate...
Al ver a su padre indefenso, Ángel y Rafael no pudieron más que obedecer y se arrodillaron... también Jonás hizo lo mismo...
Viendo a los cuatro hombres desarmados, esposados y arrodillados, Bruno comenzó a reír burlonamente: miren nada más a los Montenegro, los poderosos Montenegro... ninguno de ustedes vale nada...
Damián gritó lleno de rabia: ya cállate Bruno... si vas a matarnos hazlo de una vez, pero deja de decir estupideces...
Bruno: no Damián, la fiesta apenas comienza... voy hacerlos sufrir antes de matarlos...
Damián: ¿qué planeas hacer?
Bruno: lo que quiero es jugar un juego con ustedes...
Damián ¿qué juego?
Bruno: un juego de vida o muerte...
**********
Eran cerca de la una de la madrugada cuando Andrés Duarte regresó a Tierra Caliente, aunque era tarde decidió volver a la Hacienda para dormir en el chalet... pensaba que al día siguiente hablaría con Bruno y aclararía todo con los Montenegro...
Pero al dirigirse al chalet vio las luces encendidas en la casa principal, era demasiado tarde para que continuaran prendidas, por lo que decidió investigar...
En tanto, Emmanuel era un manojo de nervios: no soporto estar sin saber nada de papás... ya se tardaron mucho...
Mateo: yo también estoy muy nervioso, pero no sé qué hacer...
Mateo: yo también estoy muy nervioso, pero no sé qué hacer
Pablo: tranquilos por favor... verán que pronto regresarán todos sanos y salvos...
Emmanuel: es que yo no aguanto estar sin hacer nada... debí haber insistido en ir con mi papá...
Maia: ya hermanito... entiende que en tu estado no puedes hacer mucho... si sigues así voy a tener que llamarle a tu doctor para que te dé un tranquilizante...
La conversación fue interrumpida por golpes en la puerta principal... Emmanuel corrió a abrir y grande fue su sorpresa al encontrarse con Andrés...
Emmanuel: ¿tú? ¿qué diablos haces aquí?
El ojimiel intentó cerrar la puerta, pero Andrés se lo impidió entrando a la fuerza...
Andrés: por favor Emmanuel necesitamos hablar... sé que esta no es hora, pero...
Emmanuel gritó: yo no tengo nada qué hablar contigo... lárgate de mi casa ahora mismo...
Los gritos de Emmanuel alertaron a Mateo, Pablo y Maia, que apresuradamente fueron con el ojimiel y también se sorprendieron de ver a Andrés...
El rubio forcejeaba con su marido, quien intentaba convencerlo de escucharlo: mi amor escúchame...
Pablo apuntó con la escopeta al pelioscuro y habló con voz fuerte: suéltalo... no te atrevas a hacerle daño o dispararé...
Andrés se sorprendió por la actitud del pelirrojo y dijo: ¿qué diablos pasa aquí? ¿por qué están todos despiertos?
Emmanuel: no finjas demencia... es obvio que lo sabes, después de todo tú estás en complicidad con ese tal Bruno...
Andrés: ¿Bruno? ¿cómo sabes de él?
Emmanuel: ¿te sorprende que sepa el nombre de tu cómplice?... ni tú ni él se saldrán con la suya... mi papá no lo va a permitir... mi papá va rescatar a mi mamá ¿me escuchas?
Andrés: no entiendo nada... ¿de qué estás hablando?
Mateo dijo: ¿de verdad no sabes nada Andrés?
Andrés: les juro que no... yo acabo de volver de Montecristo... no sé qué está pasando... ¿por qué hablan de rescatar a Gabriel?
Maia: porque ese tipo llamado Bruno secuestró a mi mamá, al tío Juan y a la pequeña Saraí... ahora mi papá, mis hermanos mayores y Jonás han ido a enfrentarse a ese hombre...
Muy sorprendido, Andrés preguntó: ¿qué? ¿a dónde fueron?
Mateo: no lo sabemos con exactitud... ese hombre los citó en el río... aunque suponemos que se trata de una trampa...
Con los ojos llenos de lágrimas, Emmanuel gritó: ¿ya estás satisfecho?... ahí tienes tu venganza... toda mi familia corre peligro por tu culpa... todo es tu culpa...
Andrés: te juro que yo no tengo nada que ver en esto
Andrés: te juro que yo no tengo nada que ver en esto... te lo juro...
Emmanuel: ya no te creo nada...
Andrés: pues te lo voy a demostrar... voy a detener a ese desgraciado... yo voy a rescatar a tu familia...
Mateo intervino: ¿acaso tú sabes dónde tiene ese tipo a nuestra familia?
Andrés quedó pensativo por unos instantes y recordó la conversación que tuvo con Bruno unos días antes...
Flashback
Bruno: olvídate ya de ese chico... mejor piensa en nuestra venganza... mira lo que conseguí...
Bruno le mostró a Andrés un juego de llaves...
Andrés: ¿de dónde son esas llaves?
Bruno: de la casa de los Montenegro que está a las afueras del pueblo...
Andrés: ¿para qué las quieres?
Bruno: van a ser útiles para mi venganza... para nuestra venganza...
Fin del flashback
Andrés: sí, sé dónde tiene a su familia... y ahora mismo voy a buscarlos...
Emmanuel detuvo a Andrés y le dijo: espera, si de verdad vas a encontrarte con mi familia y ese tipo, yo voy contigo...
Andrés: no, esto es demasiado peligroso para ti...
El ojimiel vociferó: eso no me importa... es mi familia la que está en peligro y no voy a quedarme sin hacer nada...
Andrés sujetó fuertemente por los brazos a Emmanuel y mirándolo a los ojos le dijo: escúchame bien... no voy a permitir que ni a ti ni a mi hijo les pase nada... esto es algo que yo tengo que hacer... voy a salvar a tu familia aunque tenga que dar mi vida a cambio... te lo juro...
El pelioscuro no dijo más y salió de la casa dejando a Emmanuel muy confundido
El pelioscuro no dijo más y salió de la casa dejando a Emmanuel muy confundido...
Andrés se dirigía a la salida de la Hacienda cuando Pablo lo alcanzó...
Pablo: espera, por favor...
Andrés: ¿qué quieres?
Pablo: me llamo Pablo y soy el novio de Mateo... don Damián me encomendó a su familia y me dio esta escopeta para cuidarlos...
Andrés: ¿por qué me dices esto?
Pablo: porque creo que la escopeta te servirá más a ti... tómala y rescata a la familia de Emmanuel y Mateo... no sé lo que hayas hecho, pero confío en ti...
Andrés sonrió ante el gesto del pelirrojo y tomando la escopeta con sus manos dijo: gracias, te prometo que lo voy hacer...
Pablo iba a regresar a la casa cuando Andrés habló: una cosa más... quiero pedirte un favor...
Pablo: ¿qué cosa?
Andrés: el hombre al que voy a enfrentar es el más perverso que conozco... lo más probable es que pierda la vida... si muero, quiero que le digas a Emmanuel, que aunque nunca lo crea... yo de verdad lo amo con toda mi alma...
El pelirrojo no supo qué contestar y sólo asintió... Andrés continuó su camino llevando la escopeta en sus manos, tal como lo había dicho iba a enfrentarse con el mismo demonio...
**********
En la casa de las afueras, Bruno daría inicio a un juego mortal... los cuatro Montenegro continuaban arrodillados y sin armas...
Bruno: vamos a jugar a la ruleta rusa... supongo que ya saben de qué se trata... a esta pistola le caben seis balas, colocaré en el tambor sólo una bala, giraré el cilindro y después apuntaré a la sien de cada uno de ustedes... el que tenga menos suerte será al que la muerte le llegue... ¿qué les parece? ¿no es un juego divertido?
Damián: estás loco Bruno... mátame a mí si quieres matar a alguien, pero no le hagas nada a mis hijos...
Bruno: silencio Damián... si no quieren jugar, entonces comenzaré matando a tu querido Gabriel...
Damián: eres un maldito... ¿por qué no peleas como un hombre?
Bruno: ya basta... voy a comenzar con el juego...
El malvado vació el tambor de una de sus pistolas y colocó sólo una bala... después giró el cilindro e hizo un disparo de prueba... ninguna bala salió...
Bruno: ¿ven? no disparó nada... ¿tendrán ustedes la misma suerte?... veamos, con quién comienzo... ya sé vamos de mayor a menor edad... iniciemos con el chico de rizos rubios...
Damián: no Bruno, comienza conmigo...
Bruno se acercó a Damián y le dio una bofetada: te dije que te calles...
Ángel y Rafael intentaron levantarse, pero Bruno amenazó nuevamente: si se mueven, mato a su padre... ya lo saben...
El malvado se colocó frente a Jonás y apuntó con su pistola en la frente del joven... Juan veía aterrado el peligro que su hijo corría y gemía llorando sin poder hacer nada...
Bruno: tú eres Jonás, uno de los hijos de Juan y Tadeo... ¿sabías que tú pudiste ser mi hijo?... sí, no te sorprendas por lo que digo... después de todo, tu madre fue mi ramera por mucho tiempo y lo hubiera seguido siendo si el metiche de Gabriel Santos no hubiera interferido y claro, si tu padre no se lo hubiera follado después de mí...
Una lágrima de impotencia rodó por la mejilla del joven...
Bruno: ¿te duele lo que te digo?... la verdad es que eres al que menos me interesa matar... en tu lugar debería estar tu padre... Tadeo sí que me debe muchas, ese bastardo malnacido se merece estar muerto... aunque bueno, no sé qué es peor, si morir o estar como un vegetal postrado en una cama sin siquiera poder moverse...
Apretando sus puños, Jonás dijo: si vas a disparar, hazlo de una vez...
Bruno: muy bien, aquí vamos...
El malvado apretó el gatillo y el sonido que se escuchó fue "clic"... ninguna bala salió...
Todos los Montenegro respiraron por un instante mientras Bruno dijo: tienes suerte muchachito... vamos con el siguiente...
Bruno se colocó frente a Rafael, quien lo miró retadoramente... Damián apretaba su mandíbula sin saber qué hacer mientras Gabriel lloraba mirando todo lleno de impotencia...
Bruno: Rafael Montenegro, eres el que más se parece a tu padre... tan libertino y despreocupado como él... aunque te falta mucho para ser un verdadero Montenegro... dejaste que tu hermano te robara a tu novio y tú te quedaste de brazos cruzados... no eres ni la sombra de lo que Damián o Lucio fueron cuando eran jóvenes...
Rafael respondió con firmeza: precisamente porque me parezco a mi padre, jamás podría matar a mi propio hermano... ninguno de nosotros es como Lucio...
Bruno: sí, tienes razón, ninguno es como él y es una lástima...
Sin esperar más, Bruno apretó el gatillo y nuevamente ninguna bala salió...
Rafael respiró hondo mientras que Bruno dijo: bien, ya van tres de seis oportunidades de disparo... continuamos con el que sigue...
Ángel vio a Bruno pararse frente a él y alzó la vista con orgullo...
Bruno: ja, Ángel Montenegro, tú eres el culpable de todo esto, ¿sabes por qué?... porque gracias a ti Gabriel y Damián se unieron para siempre... ¿te han contado la historia de tu nacimiento?... no es una novela rosa... tu padre, el honorable Damián Montenegro, violó a un inocente sacristán que quería volverse sacerdote... Gabriel quedó preñado de ti y tuvo que mudarse a la Hacienda, donde terminó enamorándose de su propio violador... si tú nunca hubieras nacido ni Gabriel ni Damián estarían juntos ahora...
Ángel: no me importa nada de lo que digas... no lograrás que cambie la percepción que tengo de mis padres... he crecido viendo a mi padre amar con toda su alma a mi madre... eso es lo único que me importa...
Bruno: puede ser, pero si ahora mismo te mueres será el más duro golpe para tus padres... deseo que en este disparo salga una bala... muérete estúpido...
Ángel cerró los ojos cuando Bruno apretó el gatillo, pero nuevamente no hubo ninguna bala...
Bruno: bien, parece que tienen mucha suerte, pero ya sólo quedan dos oportunidades de bala, lo más seguro es que el siguiente sea el primero en morir y el siguiente eres tú Damián...
El barbado rubio vio a Bruno colocarse frente a él y apuntarle con el arma en la frente...
Bruno: antes de disparar quiero preguntarte algo... Damián, ¿tú crees que soy el hombre que más te ha odiado?
Damián no respondió nada...
Bruno: dicen que el calla otorga, pero estás confundido... quien más te ha odiado es tu propio hermano... Lucio te odio toda su vida... no sabes todo el resentimiento que te tenía... eras un obstáculo para que fuera el dueño absoluto de toda la Hacienda... en más de una ocasión planeamos deshacernos de ti... pero Lucio no quería verte muerto, quería verte hundido en la miseria, por eso te convirtió en un mantenido y solapó tus borracheras... estuvo muy cerca de despojarte de todo y lo hubiera logrado si Gabriel no hubiera aparecido...
Damián miró lleno de rabia a Bruno y dijo: deja de hablar y dispara de una vez...
Damián miró lleno de rabia a Bruno y dijo: deja de hablar y dispara de una vez
Bruno: ja... te muestras valiente hasta el último momento... hay 50 por ciento de probabilidades de que mueras... no sabes cuánto esperé por este momento y hoy por fin te vas a morir...
Una gota de sudor escurrió por el rostro de Damián mientras que todos miraban aterrados sin poder hacer nada... Gabriel rezaba fervorosamente esperando un milagro...
Con una sonrisa llena de satisfacción, Bruno estaba por apretar el gatillo mientras decía: adiós Damián, salúdame a Lucio en el infierno...
De pronto, una voz masculina resonó en el lugar: alto Bruno... no te muevas...
El despiadado hombre volteó a ver de quién se trataba y se sorprendió al encontrarse con Andrés apuntándole con una escopeta...
Todos miraron también a Andrés, que dijo: se acabó tu juego Bruno... no seguirás haciendo daño... no te lo voy a permitir...
Bruno dejó a Damián y caminó lentamente mirando a Andrés: pero qué sorpresa... llegó el que faltaba... bienvenido Andrés, mira cómo tengo a los Montenegro... esto es por lo que nos esforzamos tanto... todos nuestros planes han dado frutos, por fin tenemos a los Montenegro donde queríamos... ¿quieres tener el honor de ser tú quien mate a Damián?
Andrés: estás completamente loco Bruno... ahora ya sé toda la verdad... me engañaste, jugaste conmigo... me convertiste en un títere de tus planes... lograste que le hiciera daño a quienes no tenían nada que ver conmigo...
Bruno: ja... eso lo dices porque ya sabes que no eres un Montenegro... al final no resultaste ser hijo de Lucio... pero ahora que ya sabes que no te une ningún lazo con ellos, ayúdame... acabemos juntos con los Montenegro...
Andrés vociferó: ¿no me estás escuchando?... cómo me pides que te ayude cuando te aprovechaste de mi dolor para usarme en tu venganza... hice cosas terribles por tu culpa... lastimé a personas inocentes y sobre todo lastimé a Emmanuel, a mi pobre Emmanuel...
Lágrimas comenzaron a rodar por el rostro de Andrés mientras hablaba: mi Emmanuel, él me entregó su amor sin pedirme nada y yo lo hice sufrir por una estúpida venganza... tu venganza...
Bruno: no te quieras lavar las manos ahora... fuiste tú quien ideo cómo seducir a ese muchachito... fuiste tú quien le dio el arsénico a Esther para envenenar a Damián... eres tan responsable como yo en todo esto...
Andrés temblaba de rabia y dijo: sí, no niego mi responsabilidad, pero todo lo hice cegado por el odio que tú sembraste en mi alma... me llenaste de resentimiento... inventaste toda una historia falsa para que yo odiara a los Montenegro... mi mayor culpa es haber sido tan estúpido de creerte todo...
Bruno: sí, eres un estúpido y siempre lo serás...
En esos momentos, Bruno se lanzó sobre Gabriel, a quien arrastró con la silla a la que estaba atado... nuevamente apuntó con su pistola a la sien del castaño y gritó: suelta esa escopeta Andrés... si no lo haces mato a Gabriel... si dices que amas a Emmanuel, no serás capaz de permitir que mate a su madre... si Gabriel se muere, Emmanuel nunca te lo perdonará...
Gabriel lloraba aterrado mientras observaba a Andrés temblar con la escopeta en las manos...
Damián gritó: suelta esa escopeta... la vida de mi esposo corre peligro... suéltala Andrés...
Ángel, Rafael y Jonás intentaron ponerse de pie, pero Bruno gritó: ya les dije que no se mueva nadie... si lo hacen mato a Gabriel... suelta esa escopeta Andrés, suéltala ya...
Andrés no pudo hacer otra cosa que arrojar la escopeta al suelo, no quería cargar en su conciencia con la muerte de Gabriel...
Bruno se rió a carcajadas: todos ustedes son unos estúpidos... jajajajaja...
**********
En la Hacienda, Emmanuel caminaba de un lado a otro tronándose los dedos por los nervios...
Mateo: tranquilízate por favor Emmanuel...
Emmanuel: no puedo, presiento que algo terrible va a pasar...
Pablo: confía en Andrés... él prometió que rescataría a tu familia...
Emmanuel: es que no puedo confiar en él... no después de todo lo que me hizo...
Maia: yo tampoco confío en él, pero te dijo que estaba dispuesto a dar su vida si era necesario...
El ojimiel dijo llorando: eso es precisamente lo que no quiero... sé que nunca podré perdonar a Andrés, pero no quiero que se muera... no quiero que Andrés muera, no quiero...
no quiero que Andrés muera, no quiero
**********
En tanto, Bruno se acercó a Andrés y le dio un golpe en el rostro lanzándolo al suelo...
Bruno: eres el más grande de los estúpidos Andrés... hice lo que quise contigo... te usé a mi antojo... te inventé toda una historia de amor entre Lucio y tu madre, jajajaja... como si el patrón hubiera podido amar a alguien... y tú fuiste tan imbécil que te creíste todo...
Andrés comenzó a llorar de rabia y de coraje... todos observaban incrédulos esa cruel escena...
Bruno le dio una patada a Andrés y le dijo: tú serás el primero en morir... gente como tú no debe existir... eres un débil que se enamoró como un loco... no sabes cuánto disfrutaba el verte sufrir por Emmanuel... gozaba cuando llorabas diciéndome que lo amabas con todas tus fuerzas, pero tenías que odiarlo por ser un Montenegro... yo me reía a tus espaldas sabiendo que no había ningún impedimento para tu amor... jajajajaja...
Andrés: te juro que me las vas a pagar maldito...
Bruno gritó: tú ya no puedes hacer nada Andrés... ni tú ni ninguno de los Montenegro... yo gané... mi venganza triunfó...
Andrés: te equivocas Bruno... la venganza siempre fue mía y soy yo quien la cobrará...
En ese instante, Andrés sacó una pistola que llevaba escondida en la bolsa trasera de su pantalón... al verlo, Bruno intentó dispararle, pero el joven fue más rápido que él...
Andrés gritó: nos vemos en el infierno Bruno...
El pelioscuro jaló el gatillo disparando... una bala perforó el hombro izquierdo de Bruno ante la mirada atónita de Gabriel, Damián, Juan, Ángel, Rafael y Jonás...
El impacto hizo tambalear a Bruno... Andrés se puso de pie y al ver que el malvado intentaba apretar el gatillo de su pistola le volvió a disparar, esta vez perforando el costado derecho de su pecho...
Bruno cayó al suelo y Andrés se posicionó de pie encima de él... el malvado sangraba por los dos disparos recibidos...
Con esfuerzos, Bruno dijo: maldito seas Andrés Duarte...
Con lágrimas rodando por sus mejillas, el pelioscuro respondió: esta es mi venganza...
Con lágrimas rodando por sus mejillas, el pelioscuro respondió: esta es mi venganza
Cuatro disparos más resonaron dentro de esa casa... el silencio de la noche fue perturbado por esos estruendos... fueron el sonido de una venganza consumada...
Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario