32.- La venganza parte 2 - El origen de Andrés

Desde que tenía 12 años, Andrés Duarte creyó que el nombre de su padre era Lucio Montenegro, eso fue lo que Fabio, su madre, le dijo, pero nunca le dio más detalles...
Andrés siempre se preguntó cuál era la razón del silencio de Fabio...
Han pasado varios años y hoy parado frente a la tumba de su madre en el panteón de Montecristo, Andrés continúa haciéndose la misma pregunta...

De pronto, una voz conocida resonó a sus espaldas diciendo: ¿Andrés? ¿eres tú?
El pelioscuro volteó a ver de quién se trataba y al reconocerlo respondió: sí, soy yo, padre Lorenzo...
El padre Lorenzo es un hombre de 71 años de edad y conoce a Andrés desde que era un recién nacido, fue él quien lo bautizó y quien le dio la primera comunión... al pelioscuro nunca le gustó ir a la Iglesia, sin embargo sabía que su madre iba constantemente a platicar con el sacerdote, era quizás el único amigo de la familia aunque a él no le agradara...
El cura se acercó a Andrés y acarició su cabeza fraternalmente al tiempo que le decía: me da gusto verte, hace mucho que no lo hacía...
A: ¿qué hace usted aquí?
L: todos los fines de semana acostumbro a venir a dejarle flores a Fabio... sé que él no tiene más familiares que tú y parece que a ti no te agrada venir a este lugar...
A: ¿me reclama?
L: no tengo derecho a hacerlo, pero te confieso que me sorprende y me alegra encontrarte aquí... después de la muerte de Fabio te vi muy pocas veces y luego supe que te fuiste de la ciudad... ¿por qué regresaste?
A: porque vengo buscando respuestas...
L: ¿respuestas?
A: sí, quiero saber la verdad de mi origen... hace unos instantes le pedía a mi madre una señal para conocer toda la verdad y usted aparece como un enviado del cielo...
L: no entiendo lo que me dices...
Andrés habló con voz firme: quiero que me diga el verdadero nombre de mi padre, quiero saber por qué mi madre nunca me habló de él... y no me diga que no lo sabe porque usted era el confesor de mi mamá... se lo ruego padre, dígame la verdad... en el nombre de Dios le suplico que me lo diga...
El viejo sacerdote guardó silencio unos segundos y después dijo: permíteme hacer una oración en la tumba de Fabio y después iremos a la Iglesia, ahí te diré todo lo que quieras saber...
El barbado asintió, había esperado años por una respuesta y ahora por fin estaba a muy poco tiempo de saber el secreto de su nacimiento...
**********

En el hospital de Tierra Caliente, Mateo cuidaba de su padre cuando su novio Pablo llegó...

El pelirrojo besó los labios de su chico y le dijo: hola mi amor ¿cómo estás?
M: bien... contento de verte aunque no me avisaste que vendrías...
P: vine porque no sé si ya sepas lo que le pasó a Tommy...
Mateo agachó la cabeza y habló con un tono de tristeza: sí, ya lo sé... un compañero del colegio me avisó...
Pablo acarició la barbilla de su novio y mirándolo a los ojos le dijo: mi amor, no quiero que la muerte de Tommy empañe nuestra felicidad... no quiero que vuelvas a sentir culpas o...
Mateo interrumpió: no tengo por qué sentir culpas... yo nunca le hice nada a Tommy y sin embargo él a mí sí me hizo daño, pero a pesar de todo no le deseaba ningún mal... quizá no me creas, pero en verdad lamento su muerte...
P: por supuesto que te creo... eres el chico más bueno que conozco y por eso te amo... ¿quieres ir al entierro?
M: no, aunque no le guardo rencor a Tommy, seguramente en el sepelio estará el padre de Lucas y no quiero que se arme un escándalo... aunque ese señor ya olvidó su idea de culparme del accidente prefiero no encontrarme con él...
P: tienes razón... mejor hablemos de otra cosa... que te parece si te invito a comer...

Mateo sonrió y dijo: me gusta la idea, sólo tengo que esperar a mi mamá, fue a la casa a bañarse y dijo que no tardaba, pero aún no vuelve...
En ese momento, el celular de Mateo sonó y contestó... quien le hablaba era Jonás...
J: Mateo, ¿está mamá contigo?
M: no, se supone que fue a la casa... te escucho nervioso Jonás, ¿pasa algo?
Ni Mateo ni su hermano imaginaban el peligro que su madre Juan corría en esos momentos, pero no era el único, Gabriel también corría la misma suerte...
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Gabriel y Juan llegaron al hostal que el hombre misterioso les había indicado...
Hablaron con la recepcionista a quien le dijeron que los esperaban en el cuarto número 15... la mujer que ya había recibido instrucciones los dejó seguir...
Gabriel se detuvo y le preguntó: señorita, ¿podría decirme el nombre de la persona que está hospedada en el cuarto 15?
Recepcionista: claro, se llama... Braulio Martínez...
Al escuchar el nombre, Gabriel recordó la conversación que poco antes había tenido con Emmanuel...
Juan preguntó: ¿qué pasa Gabriel? ¿conoces a alguien con ese nombre?
G: no conozco a nadie, pero curiosamente la persona que venimos a ver tiene el mismo nombre que un amigo de Andrés...
J: ¿qué? ¿cómo sabes eso?
G: porque Emmanuel me lo contó... según él, ese tal Braulio vivió hace muchos años en Tierra Caliente y me conoció cuando era sacristán de la Iglesia...
J: ¿crees que este Braulio y el amigo de Andrés sean la misma persona?
G: no lo sé... todo es muy extraño...
J: pues yo voy a verlo... no aguanto más, necesito saber de mi hija...
Juan se dirigió apresuradamente al cuarto 15 seguido de Gabriel... llegaron a la puerta y tocaron...
Dentro del cuarto, Bruno estaba impaciente sobre su cama y cuando escuchó los golpes en la puerta, se levantó rápidamente y tomó su pistola...
Llegó hasta su puerta y antes de abrir, observó por la mirilla... grande fue su sorpresa al descubrir que Juan no estaba solo...
Sonriendo maliciosamente, el hombre pensó: Gabriel vino con Juan, esto sí que es tener suerte... maté dos pájaros de una pedrada...
Afuera del cuarto, Juan volvió a tocar insistentemente y finalmente la puerta se abrió lentamente... no había nadie que los recibiera...
Gabriel y Juan se miraron temerosamente y entraron al cuarto observando cada rincón del lugar... la puerta fue cerrada y ambos voltearon a ver quién estaba ahí... los ojos de ambos se desorbitaron al encontrarse frente a frente con el excapataz de la Hacienda Montenegro y cómplice de Lucio...
Juan fue el que pronunció con voz temblorosa: B-Bru- Bruno...
El perverso hombre miró a Gabriel y Juan con una sonrisa burlona para después decir: sí Juan, soy yo... Bruno, su peor pesadilla...

Después de unos segundos de desconcierto, Gabriel reaccionó y dijo: claro, ahora todo tiene sentido...
B: ¿qué tiene sentido Gabriel Santos?
Lleno de rabia, Gabriel respondió: fuiste tú, fuiste tú desgraciado... tú envenenaste a Andrés en nuestra contra... fuiste tú quien le llenó la cabeza de mentiras...
Gabriel intentó acercarse a Bruno para golpearlo, pero este le apuntó con la pistola diciendo: mucho cuidado con lo que haces Gabriel, si no quieres dejar a tus hijos huérfanos de madre, será mejor que te contengas...
Juan detuvo a Gabriel, que temblaba de la rabia al descubrir la identidad de quien estaba detrás de la confusión de Andrés...
Bruno habló descaradamente: sí Gabriel, tienes razón... yo le mentí a Andrés, soy yo quien desde las sombras me he encargado de destruir tu felicidad y la de tu familia...y esto sólo es el principio...
Juan dijo: ¿por qué regresaste? deberías estar en la cárcel...
B: me otorgaron el indulto y salí libre después de 18 años... bueno, no quiero repetir mi historia, después de todo ya se la conté a Tadeo..
J: ¿a Tadeo? ¿mi esposo sabe que tú...?
B: sí, sabe que regresé y por eso está en coma... a Tadeo no lo asaltaron, fui yo quien lo dejó como un vegetal...
Con los ojos llenos de lágrimas, Juan intentó acercarse a Bruno para pegarle, pero ahora fue Gabriel quien lo detuvo...
G: tranquilo Juan, este tipo está armado y es capaz de todo...
B: efectivamente Gabriel, soy capaz de todo... no me detendré ante nadie y será mejor que los dos se tranquilicen y me obedezcan si es que no quieren que la pequeña pague las consecuencias...
Juan gritó: ¿dónde tienes a mi hija? ¿qué le hiciste maldito?
Bruno alzó la voz: no grites o será peor... la pequeña no está aquí... ella está en otro lugar... iremos para allá ahora mismo...
Gabriel dijo con tono preocupado: ¿qué dices? ¿a dónde quieres que vayamos?
B: lo sabrás cuando lleguemos... ahora saldremos del hostal y ninguno de los dos hará nada para escapar o llamar la atención de algún policía... si lo hacen, les juro que mato a la pequeña... si quieren que ella viva tienen que hacer todo lo que yo les diga... ahora vamos...
Sin tener más opción que obedecer, Gabriel y Juan salieron del hostal acompañando a Bruno sin imaginar a dónde los llevaría...
**********

En el hospital, Damián estaba muy inquieto... su hija Maia estaba con él...
M: no contesta papá... mamá no contesta su celular... ya llamé a la Hacienda y una sirvienta me dijo que no está...
El barbado vociferó: es que no es posible que no conteste... ya debería estar aquí... me dijo que iría a la Hacienda a ver Emmanuel y regresaría...
M: lo siento papá, no sé qué decirte...
D: sigue marcando a su celular... te tiene que responder...
La rubia obedeció a su padre, quien estaba muy intranquilo... no sabía por qué, pero algo le decía que su amado corría peligro...
**********

Bruno llegó con Gabriel y Juan a la casa de los Montenegro que se ubica a las afueras del pueblo... Gabriel se sorprendió al ver que Bruno abría la puerta principal de la casa con las llaves...
Una vez dentro, Gabriel preguntó: ¿cómo tienes las llaves de esta casa?
B: no te imaginas quién me las dio...
G: ¿Andrés?
Burlonamente, el pelinegro dijo: no, quien me dio las llaves fue... Esther...
Los ojos de Gabriel volvieron a agrandarse para decir: ¿Esther?... entonces ella y tú...
B: sí, Esther era mi cómplice... fui yo quien le ordenó que envenenara a Damián... desafortunadamente tu marido no murió como yo esperaba... Esther falló y por su estupidez la maté...
Gabriel no aguantó tanta infamia y se lanzó sobre Bruno, que lo detuvo de las manos... el perverso hombre era superior en fuerza y sin contenerse le dio una bofetada a Gabriel, que lo lanzó al suelo...
Juan gritó y corrió a ayudar a su amigo a levantarse: eres un bruto Bruno...
Con ojos llenos de odio, el pelinegro dijo: esa cachetada me la debías desde hace mucho Gabriel... recuerdo cuando me abofeteaste por defender a Juan hace muchos años... en ese entonces tuve que contenerme porque Lucio me hubiera matado si te tocaba un pelo, pero ahora nadie podrá defenderte de mi venganza... porque tú Gabriel, eres el principal culpable de que me encarcelarán...
Gabriel respondió sin miedo: ¿estás loco? ¿qué te hice yo?
B: estoy seguro que fuiste tú quien presionó a Juan para que me denunciara... por tu culpa fui preso... tú sólo llevaste la desgracia a la Hacienda Montenegro... si nunca hubieras aparecido en Tierra Caliente yo no hubiera sido encarcelado y quizás tampoco Lucio estuviera muerto...
Juan habló: tú no puedes asegurar que Gabriel me presionó para denunciarte, fui yo quien...
Gabriel interrumpió: no sigas hablando Juan... tienes razón Bruno, yo insistí para que Juan te denunciara y no me arrepiento de ello... tú abusabas de él y hasta lo hiciste abortar un hijo tuyo... yo no cometí ningún delito, el único delincuente aquí eres tú...
Bruno apuntó con su pistola a Gabriel y amenazó: no sé cómo te pones tan valiente cuando sabes que puedo matarte ahora mismo...
Juan temblaba de miedo mientras que Gabriel miró retadoramente a Bruno: hazlo, dispárame de una vez... dices que yo soy el responsable de tu encarcelamiento, pues aquí me tienes, dispara... pero deja ir a Juan y a Saraí... deja a mi familia en paz...
El pelinegro sonrió maquiavélicamente: no Gabriel, no te voy a matar ahora... precisamente es con tu familia con la que me voy a desquitar... te voy a matar, de eso ten la seguridad, pero antes tus ojos verán cómo acabo con cada uno de los Montenegro...
**********

En tanto, Emmanuel llegó al chalet buscando a Andrés... quería verlo para preguntarle muchas cosas... quería que le aclarara todo, que le dijera el por qué lo había usado... quería escuchar nuevamente que sólo había sido un instrumento en la venganza de su marido...
El ojimiel pensaba que si escuchaba de los labios de Andrés toda la verdad, podría terminar odiándolo... porque a pesar de todo su corazón seguía sintiendo algo por el hombre que le había hecho tanto daño...
Emmanuel llegó hasta la habitación que compartía con Andrés sin encontrarlo... se sentó en la cama y comenzó a recordar los momentos felices y apasionados que ahí vivió...

Evocó las numerosas veces que su marido lo tomó en sus brazos y lo llevó a los más profundos rincones del placer... pensó en todas las caricias y besos que el pelioscuro dejó tatuados en cada rincón de su piel... no podía sacar de su mente las palabras dulces y ardientes que Andrés le susurraba mientras lo hacía suyo... ¿acaso todo era mentira? ¿todas las veces que le dijo "te amo" eran sólo parte de su malvado plan?
Las lágrimas corrían por las mejillas del rubio, quien tocó con desesperación su estómago... dentro de él estaba el fruto de todo ese engaño...
E: ¿por qué Andrés? ¿por qué me usaste? ¿por qué decías que me amabas cuando no sentías nada por mí?... nunca voy a poder perdonarte, nunca podré hacerlo...
Emmanuel no sabía que mientras él lloraba por las mentiras de Andrés, este estaba por conocer la verdad más importante de su vida...
**********

Dentro de una iglesia de la ciudad de Montecristo, Andrés observaba al padre Lorenzo buscando las respuestas que le devolverían paz a su alma...
L: ¿y bien? dime qué es exactamente lo que quieres saber...
A: todo, quiero saberlo todo... hasta ayer yo suponía que el nombre de mi padre era Lucio Montenegro, eso fue lo que mi madre me dijo cuando era un niño...
L: y si tu madre te lo dijo ¿por qué lo dudas?
A: porque fui a la tierra natal de mi supuesto padre y alguien me hizo unas pruebas de ADN en donde se demuestra que no existe consanguinidad entre Lucio y yo... ¿quiere que le muestre esos exámenes?
El padre que escuchaba atentamente al pelinegro respondió: no es necesario... yo sé que esas pruebas dicen la verdad... tú no eres hijo de ese hombre que mencionas...
Furioso, Andrés gritó rompiendo la tranquilidad del templo: y si lo sabía ¿por qué no me lo dijo? ¿por qué se calló?
Con voz serena, el cura contestó: porque se lo prometí a tu madre... la verdad de tu nacimiento me la dijo mediante secreto de confesión... mis labios estaban sellados... aún en su lecho de muerte, Fabio me pidió que no te dijera nada a menos que un día tú descubrieras la verdad y vinieras a preguntarme... ese día es hoy...
A: no entiendo nada... si Lucio no es mi padre entonces ¿quién es?... dígamelo por favor...
El sacerdote guardó silencio unos instantes y después comenzó a hablar: más que decirte el nombre de tu padre, voy a revelarte la historia de tu madre, una historia que nunca quiso contarte porque le era demasiado dolorosa y recordarla le hacía mucho daño... lo que voy a decirte es el gran secreto de Fabio...
A: dígame, ¿cuál es ese secreto?
Luego de dar un suspiro, el padre Lorenzo comenzó con su relato: todo inició aquí en Montecristo hace 40 años cuando tu madre de sólo 8 años quedó huérfano al perder a sus padres en un accidente automovilístico... en ese entonces yo me hacía cargo de un orfanato y el pequeño Fabio llegó ahí solo y desamparado... ese orfanato fue su hogar muy poco tiempo porque poco después yo lo llevé a vivir a la mansión de la familia De Bernal ¿has escuchado de ellos?
A: sí, son una de las familias más ricas de esta ciudad...
L: bien, pues por aquellos días, don Jorge De Bernal había enviudado y se quedó con tres hijos, el más pequeño de nombre Santiago tenía la misma edad de tu mamá... don Jorge me pidió que le llevara a un niño para que acompañara a su hijo y yo llevé a Fabio creyendo que así le devolvería la familia que había perdido...
A: y ¿qué pasó?
L: tu madre fue feliz en esa casa, aunque don Jorge era muy severo y veía a Fabio como un sirviente más, el pequeño Santiago hizo gran amistad con él, una amistad que después...
A: que después ¿qué?
L: que después se convirtió en amor...

MUCHOS AÑOS ATRÁS

Fabio era un muchacho de 17 años, rubio, de ojos verdes y facciones muy finas...

Sentado dentro de una cafetería esperaba a alguien con impaciencia mientras sus dedos tamborileaban la mesa... de pronto un chico de su misma edad, de piel apiñonada, cabello negro y ojos del mismo color entró provocando la felicidad del rubio...

...el chico de cabello oscuro besó en los labios a Fabio...
Después de la ardiente caricia, Fabio dijo: Santiago ¿qué haces?... alguien puede vernos y contarle a tu papá...
S: aquí casi no hay nadie... además no pude resistirme, sabes que tus labios me enloquecen...
F: es que si tu papá llega a enterarse de lo nuestro me mata... para él yo solo soy un sirviente y tú eres su hijo favorito, después de todo eres el único varón...
S: sí, ya lo sé y por eso tiene que pasarse jodiéndome la vida...
F: no digas eso... tu papá sólo quiere lo mejor para ti...
S: lo mejor para mí eres tú... te amo Fabio...
F: y yo te amo a ti... sabes que haría cualquier cosa por ti...
S: ¿cualquier cosa? ¿incluso esperarme?
El rubio preguntó sorprendido: ¿esperarte? no entiendo...
S: mi papá quiere que me vaya a estudiar a la capital para que me convierta en un gran profesionista y me haga cargo de todos los negocios...
La noticia cayó como un balde de agua fría a Fabio: y ¿cuánto tiempo estarías allá?
S: pues no lo sé... cinco o seis años quizás...
Con los ojos cristalinos por las lágrimas, el rubio habló: es demasiado tiempo...
S: por favor Fabio, júrame que me esperarás... te prometo que regresaré por ti... cuando sea un profesional voy a casarme contigo...
F: tu padre nunca permitirá eso...
S: pues me enfrentaré a él si es necesario... te amo, créeme, te lo suplico...
F: te creo y por supuesto que te esperaré... te esperaría toda la vida si fuera necesario...

Esta vez fue Fabio quien besó apasionadamente a Santiago... ambos eran aún adolescentes y por su venas corría el fuego del primer amor... y esa noche ocurrió lo que tanto deseaban desde que eran niños, consumar su amor mediante la fusión de sus cuerpos...
Fabio se entregó a Santiago obsequiándole su virginidad como la prueba más grande de su amor...

El pelioscuro llenó de caricias ardientes y apasionadas a su amante... con su lengua marcó cada rincón del inexperto muchacho que con inocencia se dejaba embriagar por la lujuria...
El rubio sabía que era un hombre fertilizable, sin embargo permitió que Santiago se corriera en su interior... de manera inconsciente quería que su amante lo marcara muy profundamente...

A los pocos días, Santiago se fue a estudiar a la capital y Fabio se quedó en Montecristo cumpliendo con su promesa de esperarlo... Fabio estudió administración y mantenía comunicación con su amado a través de las cartas...
Los días se volvieron meses y estos se hicieron años... fueron 10 años los que Santiago estuvo fuera... Fabio no entendía por qué demoraba tanto en volver, pero él seguía fiel a su promesa... imaginaba que cuando Santiago regresara también cumpliría con su juramento...
Y el día esperado llegó... Santiago regresó, pero volvió con una sorpresa que destruyó el corazón de Fabio...
F: ¿te casaste? ¿te casaste con una mujer de la capital?
S: perdóname Fabio... por favor perdóname... mi padre me obligó... Susana, mi esposa, es una heredera muy rica y según papá convenía para nuestros intereses... yo no pude negarme y...
Llorando, el rubio vociferó: y ¿por qué no me dijiste nada?... yo he esperado años por tu regreso y ahora resulta que estás casado...
S: te suplico que me perdones... a pesar de todo a la única persona que amo es a ti...
Fabio le dio una bofetada a Santiago y le dijo: mentiroso... tú no sabes lo que es amar...
S: entiende que mi padre me obligó... estoy casado por dinero, eso es todo...
El rubio no dijo más y se fue corriendo... esa noche, Fabio lloró como no había llorado nunca... en su mente se repetía una y otra vez: dinero, maldito dinero, si yo tuviera dinero, esto no me estaría pasando...

Fabio no soportó más y se mudó a vivir lejos de la mansión De Bernal... tenía la intención de continuar con su vida sin Santiago... al ser un muchacho muy atractivo no le faltaban pretendientes y una noche después de cenar con un amigo regresó al departamento que rentaba... su amigo lo dejó en la puerta y Fabio se preparaba a descansar cuando tocaron a su puerta, abrió y se encontró con Santiago...
F: ¿qué haces aquí?
Con tono molesto, el pelioscuro preguntó: ¿quién era ese cabrón que te vino a dejar? contéstame...
F: por qué tengo que darte explicaciones... tú no eres nadie y yo soy libre...
S: eso no es verdad, tú no eres libre... tú eres mío Fabio, sólo mío...
F: yo no soy tuyo ni de nadie...
S: sí, lo eres, me entregaste tu virginidad y eso me hace tu dueño...
F: estás loco...
Santiago se abalanzó sobre Fabio intentando besarlo: te amo, sabes que te amo y te necesito... necesito de tu cuerpo, me muero por hacerte el amor...
F: suéltame... en tu casa tienes una esposa, pues ve y desfógate con ella... o qué quieres ¿que yo sea tu amante?
S: lo que quiero es que entiendas que te amo...
F: valiente forma de amar tienes... te casaste con otra por dinero y no fuiste capaz de defender nuestro amor... eres un cobarde...
S: sí, soy un cobarde, pero te amo...
Santiago besó apasionadamente a Fabio y no pudo evitar que la lengua del pelioscuro se internara en su cavidad bucal... aunque Fabio quería resistirse, su corazón era aún más fuerte y su cuerpo sucumbió ante las caricias...

Más tarde, Fabio gemía ante las estocadas profundas que Santiago le daba...el pelioscuro era un experto amante y para el rubio, Santiago era el único hombre en su vida...
F: ah ah ah ah... ohhh Santiago... ah ah ah...
S: me encanta estar dentro de ti Fabio... tu cuerpo y tu culo me fascinan...
Las manos de los jóvenes se entrelazaban ardientemente mientras Santiago taladraba sin piedad al ojiverde...
Después de excitantes caricias y besos que incendiaban la habitación, Santiago eyaculó en el interior de Fabio bañándole las entrañas con su simiente...

Agitado por la actividad sexual, Santiago le susurró a Fabio: te juro que voy hablar con mi padre...
F: ¿qué le vas a decir?
S: que te amo y que no voy a seguir con Susana cuando a quien quiero eres tú...
F: pero Santiago...
El pelioscuro calló a Fabio con un beso: no digas nada... te voy a demostrar que no soy un cobarde...
Fabio se durmió sobre el amplio pecho de Santiago con la esperanza de que quizás podrían estar juntos después de todo...

Pero días después, Fabio recibió una visita que acabó con sus ilusiones... era don Jorge, el papá de Santiago...
J: eres un malagradecido Fabio, ya sé lo que hay entre tú y mi hijo... él mismo me lo contó... cómo te atreviste a poner los ojos en mi hijo... tú no eres nadie... yo te abrí las puertas de mi casa por caridad y así me pagas...
F: escúcheme don Jorge, lo que pasa es que...
J: lo que pasa es que eres un cazafortunas... crees que podrás quedarte con todo mi dinero, pero eso no sucederá nunca...
Fabio gritó: yo no quiero su dinero, yo sólo amo a su hijo y él me ama a mí...
J: él no te ama, sólo siente pasión por ti... quién sabe con qué artimañas lo has engatusado...
F: su hijo me ama y está dispuesto a dejarlo todo por mí...
J: jajajaja... no me hagas reír... mi hijo nunca dejará la vida que lleva por ti y tampoco abandonará a su esposa, menos ahora...
F: ¿por qué menos ahora?
Con una sonrisa socarrona, don Jorge dijo: porque mi nuera está esperando un hijo de Santiago... ahora los unirá un lazo que nunca podrá romperse...
El corazón de Fabio se hizo pedazos al escuchar esa noticia... él ya no podía hacer nada para destruir esa unión...

Con las ilusiones rotas, Fabio decidió huir de Montecristo, prefería escapar de su ciudad que continuar sufriendo... tomó el primer camión que lo llevara lejos sin importar a dónde se dirigiera...
A bordo del camión, el rubio pensaba mientras lloraba: no volverán a humillarme por ser pobre... yo también voy a tener dinero, mucho dinero y entonces volveré...
Después de pasar por varios pueblos, el destino llevó a Fabio a Tierra Caliente, donde se encontró con uno de los hombres más adinerados del lugar, Lucio Montenegro...
En la cantina del pueblo, Lucio se acercó a la mesa de Fabio y le preguntó: ¿cuál es tu nombre?
F: me llamo Fabio Duarte...
L: nunca te había visto por acá... de dónde eres...
Fabio sacó un cigarro y después de encenderlo contestó: dime por qué tendría que decirte todo sobre mí...
L: pues porque yo soy Lucio Montenegro, el hombre más rico de este pueblo...
Fabio vio en Lucio la posibilidad de obtener el dinero que buscaba y esa noche terminó en la cama con él... para Fabio, Lucio era el segundo hombre al que se entregaba, pero lo hizo cegado por la decepción... a pesar de todo fue una noche apasionada en la que Lucio hizo conocer a Fabio los más bajos placeres de la carne...

Al día siguiente, Lucio volvió a encontrarse con Fabio, pero esta vez llegó con una propuesta...
L: quiero que seduzcas a mi hermano menor... quiero que lo enloquezcas de pasión y lo hagas romper con su pareja... si logras hacerlo te daré mucho dinero...
F: ¿cuánto dinero?
L: pon tú la cantidad...
Fabio aceptó y se mudó a la Hacienda Montenegro con el objetivo de seducir a Damián...
Habían pasado sólo unos días cuando náuseas y mareos comenzaron a incomodar al rubio... se hizo un examen de sangre y el resultado fue que tenía un mes de embarazo...
Con los ojos llenos de lágrimas, Fabio pensó: estoy esperando un hijo de Santiago... estoy embarazado de él...
Esa noticia cambiaba todos los planes de Fabio, por lo que habló con Lucio...
L: ¿cómo que quieres irte?... no puedes hacerme eso... Gabriel cree que se acostó conmigo y tú puedes aprovecharte de eso para seducir a Damián... si te vas ahora no voy a darte un solo centavo y te juro que te vas arrepentir...
Fabio vociferó: está bien, voy hacer lo que me pides, pero en cuanto Damián haya estado conmigo tendrás que pagarme lo que acordamos y yo me iré para siempre...
L: después de cumplir con el trato puedes hacer lo que quieras...
Pero el amor de Damián por Gabriel fue más fuerte y nunca cayó ante la tentación que Fabio representaba... posteriormente, Lucio abusó sexualmente de Fabio y lo corrió de la Hacienda...
L: si quieres, déjame tu número... puede ser que después te llame... claro sería sólo para contratarte como puta... es para lo único que sirves...
Llorando después de la violación, Fabio acariciaba su estómago: perdóname hijo, todo esto es mi culpa... tú no mereces una madre como yo...
Nuevamente, con el corazón roto, Fabio decidió abandonar Tierra Caliente, pero antes de irse habló con Damián para revelarle todos los planes de su perverso hermano mayor...

Después, Fabio se refugió en el pueblo de San Bartolomé, lugar ubicado a una hora de Montecristo, ahí dio a luz a Andrés, el hijo de su gran amor...
Habían pasado seis meses de su alumbramiento cuando Fabio se topó en la iglesia del pueblo con el padre Lorenzo...
F: padre ¿qué hace aquí?
El sacerdote observó al rubio que cargaba a su bebé en brazos: vine a visitar al padre de esta iglesia, pero y ¿ese niño?
Avergonzado, Fabio respondió: este niño es mi hijo...
L: ¿tu hijo? y supongo que también lo es de Santiago...
F: por favor padre no lo repita... usted sabe todo porque se lo conté, pero ahora Santiago tiene una esposa y otro hijo... yo no quiero...
El sacerdote lo interrumpió: tienes que decírselo...
F: ¿por qué?
L: porque Santiago se está muriendo...
Fabio recibía otro duro golpe en su corazón: ¿qué dice?
L: unos meses después que te fuiste le diagnosticaron a Santiago una enfermedad incurable... le queda muy poco tiempo de vida... siempre que llego a visitarlo me pregunta por ti... creo que sería muy triste que muriera sin saber que tuvo un hijo contigo...
Con ayuda del padre Lorenzo, Fabio logró visitar a Santiago en su lecho de muerte... el rubio vio con tristeza como el hombre que amaba había sido consumido en pocos meses por la enfermedad...

El joven moribundo esbozó una sonrisa al ver nuevamente a Fabio y conocer a su pequeño hijo...
Con esfuerzos dijo: el p-padre Lorenzo me contó todo... este niño es mi hijo...
F: sí, se llama Andrés y se parece mucho a ti... tiene tu mismo cabello y tus mismos ojos...
S: A-Andrés, que bello nombre... ojalá nunca seas como yo Andrés...
F: por favor Santiago, no hables...
S: la vida se ha encargado de cobrarme lo que te hice... tú sólo me diste amor y yo a cambio te hice sufrir mucho...
F: no digas más... a pesar de todo yo te sigo queriendo y te querré siempre...
S: lo sé, creo que fuiste lo más bello que me pasó...
El dolor se hizo presente y el pelioscuro continúo hablando: ya me queda muy poco tiempo y quiero que sepas que hablé con mi abogado para dejar una casa y una importante suma de dinero para ti y para mi hijo... no tendrán que pasar ninguna carencia...

Llorando, Fabio dijo: yo no quiero dinero... quiero que tú vivas...
Agitado, Santiago habló: quiero pedirte un último favor...
F: ¿cuál?
S: quiero que nunca le digas a este niño mi nombre... no quiero que sepa de mí... no quiero que sepa que su padre siempre fue un cobarde...
F: no digas eso...
S: soy un cobarde que nunca supo defender lo que amaba... júramelo Fabio... júrame que no le dirás a Andrés que fui su padre...
Sollozando, el rubio prometió: te lo juro... si eso te hace descansar, te lo juro... Andrés nunca sabrá de mis labios tu nombre...
Debilitado por la enfermedad, Santiago acarició la mejilla del rubio y llorando dijo: te amo Fabio, siempre recuérdalo... nunca te mentí, te amaré hasta el último minuto de mi vida...
Fabio besó los labios de Santiago con el dolor de saber que quizás esa era la última vez que veía al hombre que más había amado...
Tres días después, Santiago falleció... Fabio no fue ni al velorio ni al entierro... en el silencio de su hogar lloraba abrazado de su pequeño hijo...
F: nunca te olvidaré Santiago, estoy seguro que algún día volveremos a encontrarnos... hasta entonces yo cuidaré a nuestro hijo... mi pequeño Andrés, sólo te tengo a ti... a ti que representas todo el amor que siento por tu padre... te amo hijo, te amo...

ÉPOCA ACTUAL

En una iglesia de Montecristo, el padre Lorenzo terminaba de narrarle a Andrés la trágica historia de sus padres...
L: y eso es todo lo que pasó... por eso Fabio nunca te habló de tu padre, no sólo por el juramento que hizo sino porque fue algo que él mismo nunca pudo superar... tu madre también murió amando a Santiago hasta su último suspiro...
Con el rostro bañado en llanto, Andrés habló con la voz entrecortada: m-mi padre es S-Santiago De Bernal... él fue mi padre... pero entonces ¿por qué mi madre me dio el nombre de Lucio?
L: porque tú lo presionabas con saber el nombre de tu padre... lo presionaste tanto que a Fabio no se le ocurrió más que darte el nombre de ese hombre, después de todo él también ya estaba muerto... Fabio nunca pensó que tú irías a buscarlo a ese pueblo llamado Tierra Caliente...
Sollozando amargamente, Andrés habló: soy un estúpido... un imbécil que le ha hecho daño a muchas personas inocentes... yo no tengo perdón de Dios...
El sacerdote se acercó al pelioscuro para intentar consolarlo: tranquilo hijo, ¿por qué dices eso?... ¿qué has hecho todo este tiempo?
A: he cometido los peores crímenes en contra de quienes no me han hecho nada... de quienes no tienen la culpa de nada... mi pobre Emmanuel, cuánto te he hecho sufrir...
L: ¿Emmanuel? ¿quién es Emmanuel?
Andrés no respondió la pregunta y dijo: soy el peor de los canallas y si Dios existe me hará pagar por todo lo que he hecho...
L: no digas eso... Dios perdona a todos sus hijos sin importar los pecados que cometan... si has cometido algún crimen, arrepiéntete y reza... reza pidiendo perdón...
Andrés se limpió las lágrimas con brusquedad y habló con firmeza: no tengo tiempo para rezar... ahora tengo que ir con mi familia...
L: ¿vas a ir a la mansión De Bernal? ¿quieres conocer a los que ahí viven?
A: no, ellos no son mi familia... ahora voy con la única y verdadera familia que tengo, con mi esposo y mi hijo que va a nacer... voy a defenderlos del mal que los acecha, aunque tenga que dar mi vida por ellos...

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El sol comenzaba a ocultarse en Tierra Caliente y a la Hacienda Montenegro regresaban Ángel y Rafael... Emmanuel era el único que estaba en la casa principal...

Emmanuel: ¿de dónde vienen?
Ángel: de Playa Dorada...
Emmanuel: ustedes sí que son un caso... cómo pueden irse a la playa cuando muchas cosas están pasando aquí...
Sonriendo, Rafael abrazó por la espalda al ojimiel: tranquilo hermanito, el embarazo te está poniendo amargado...
Emmanuel: eres un tonto Rafael...
La conversación de los jóvenes fue interrumpida por la llegada de Mateo y Jonás...
Mateo habló muy preocupado: chicos, necesitamos de su ayuda...
Ángel preguntó: ¿qué pasa?
Mateo: no sabemos dónde está mi mamá ni tampoco Saraí...
Rafael: ¿cómo? ¿qué pasó?
Jonás explicó lo ocurrido: en la mañana mi hermanita se perdió en el parque... después mi mamá recibió una extraña llamada y salió diciéndome que iría a buscarla... desde entonces no sabemos nada de ninguno de los dos...
A punto de romper en llanto, Mateo dijo: le pedí a Pablo que fuera a buscarlos a cualquier parte, pero parece que no los encuentra... estoy muy preocupado...
Ángel: tranquilo chicos, todo debe tener una explicación... estoy seguro que el tío Juan y Saraí están bien...
El teléfono de la casa sonó y Emmanuel contestó: bueno... qué pasa Maia... no, mamá no está aquí, se supone que está con papá en el hospital... ¿cómo?... eso no puede ser...
Rafael se acercó al ojimiel: ¿qué pasa Emmanuel? ¿qué dice Maia?
Con voz entrecortada, el joven respondió: mamá no está en el hospital... Maia dice que le llama a su celular, pero no contesta... parece que mamá también está desaparecido...
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Dentro de la casa a las afueras del pueblo, Gabriel luchaba por liberarse... se encontraba amarrado a una silla de madera con la boca amordazada impidiéndole gritar...
Escuchó pasos que se acercaban a la habitación donde estaba... eran Bruno y Juan que regresaban...
B: muy bien, ya viste a tu hija... está durmiendo plácidamente en el otro cuarto... no te preocupes que no despertará en un largo rato... las pastillas que le di para dormir son muy efectivas...
Juan vociferó llorando: eres un desgraciado Bruno... cómo le haces esto a una niña... te odio...
Bruno tomó por las manos a Juan y lo acercó a su cuerpo: tranquilo si no quieres que de verdad le haga daño a tu hijita... ¿por qué te pones tan nervioso al tenerme cerca?... no me digas que aún no olvidas las veces que estuvimos juntos... las noches que fuiste mío...
J: eres un cerdo...
Bruno acercó el rostro de Juan al suyo y le dijo: no te emociones, ya no me interesas como antes... después de todo te tuve muchas veces en mi cama cuando eras más joven...
El perverso hombre empujó a Juan y lo sentó en una silla para amarrarlo de pies y manos y también le amordazó la boca...
Después, Bruno se acercó a Gabriel que lo miraba lleno de furia... burlonamente, acarició la mejilla del castaño y le dijo: tú no has perdido tu encanto Gabriel, sigues siendo muy atractivo a tu edad... Damián se debe dar mucho gusto contigo, por algo te hizo cuatro hijos... si fueras mío, te mantendría preñado todo el tiempo...
Sin poder hablar y emitiendo sonidos de molestia, Gabriel apartó su rostro de la mano de Bruno...
El pelinegro acercó su rostro y le susurró al castaño: ¿te imaginas? el patrón Lucio nunca pudo tenerte y yo ahora te tengo aquí amarrado y a mi disposición... sería irónico que yo tomara lo que Lucio nunca pudo...
Bruno lamió la mejilla izquierda de Gabriel provocando que el castaño llorara de impotencia... sentía muy cerca el aliento del hombre y estaba totalmente vulnerable e indefenso...
B: ¿acaso nunca le has sido infiel a Damián? ¿él ha sido el único hombre con el que has estado?
Gabriel emitía sonidos de rabia y dolor intentando liberarse y protegerse: ghhhhh...aghhhhh... ghhhh...
B: jajajaja... no te preocupes que por el momento no pienso hacerte nada... quizás más tarde, durante el show principal... ahora debo ir a dejar algo para que dé inicio el acto final de la obra... ¿quieren saber cómo se llama la obra?
Gabriel y Juan sólo miraban a Bruno sin poder hablar ni liberarse de sus ataduras...
B: la obra se llama "Venganza... muerte a los Montenegro"... jajajajaja
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Ya era de noche cuando Maia regresó a la Hacienda y no lo hizo sola... Damián también estaba de vuelta...
Ángel preguntó: papá ¿qué haces aquí?... se supone que debes continuar internado...
El barbado respondió de mal humor: al diablo con el hospital... yo me siento bien y no puedo estar acostado sin saber dónde está su madre...
Emmanuel dijo: Rafael fue a dar parte a la policía... tampoco aparecen el tío Juan ni Saraí...
Damián: esto es una locura... temo que algo malo les haya pasado...
Mateo se acercó a su abuelo y comentó: Jonás dice que mi mamá recibió una extraña llamada... de un hombre...
Damián: ¿un hombre?... Jonás ¿sabes su nombre?
Jonás: no abuelo... sólo hablé con él unos instantes y mamá no quiso decirme nada más...
Damián golpeó a la pared: me lleva el demonio... estoy seguro que esto no es nada bueno...
Ángel: tranquilo papá... recuerda que tu corazón...
Damián: mi corazón nada... ahora tenemos que hacer lo que sea para encontrar a su madre, a Juan y a Saraí... vamos a dividirnos por todo el pueblo hasta encontrarlos... hay que avisar también a la radio y...
Una sirvienta interrumpió a Damián y dijo: patrón, un niño aventó esta carta y no trae remitente, sólo dice que es para "Los Montenegro"...
El rubio barbado arrebató la carta a la mujer y con desesperación la abrió para leerla en voz alta...

"Seguramente, deben estar preocupados por sus queridos familiares, Gabriel, Juan y la pequeña Saraí... no se preocupen, ellos están bien, hasta el momento... si quieren que sigan así tendrán que hacer todo lo que les pida y por ningún motivo avisen a la policía, de lo contrario, ellos se mueren... lean con atención, a la medianoche los espero a todos en el río, ahí recibirán las instrucciones para que nos veamos... repito, quiero ver a todos los Montenegro... soy un viejo amigo de la familia y espero reencontrarme con ustedes... será una reunión que nunca olvidarán... Atentamente, B."

Furioso, Damián arrugó la carta y Ángel fue el primero en preguntar: ¿"B"? ¿quién es "B"?
Emmanuel: esto tiene que tratarse de una broma...
Damián: no es ninguna broma... Ángel, háblale a Rafael y dile que no diga nada a la policía, que regrese inmediatamente para acá...
Ángel: enseguida papá...
Mateo habló muy preocupado: abuelo ¿qué pasa? dinos qué es todo esto...
Emmanuel: ¿quién es ese tal "B"? y ¿por qué tiene a mi mamá, al tío Juan y a Saraí?
El barbado habló con voz seria: esto se trata de una venganza... la venganza de alguien que creí nunca volver a ver...
Emmanuel: entonces sabes de quién se trata... tú conoces a "B"...
D: por supuesto que lo conozco... no tengo ninguna duda de quién es "B"...
Ángel preguntó muy sorprendido: ¿quién es?
D: para ustedes su nombre no les dirá nada, pero para mí sí... el nombre de ese tipo es Bruno...

Llegó la hora del enfrentamiento entre Bruno y Los Montenegro.
Continuará...