10.- Corazones confundidos

En una ciudad llamada "Montecristo", un niño de 12 años discute con su madre... ese casi adolescente se llama Andrés Duarte...
A: quiero saber su nombre... dime cuál es el nombre de mi padre...
La madre del chico es un varón fertilizable de nombre Fabio...

F: ¿para qué quieres saberlo? él ya está muerto... no tiene caso que lo sepas...
A: por supuesto que tiene caso... tengo derecho a saberlo... en la escuela todos se burlan de mí porque ni siquiera sé el nombre de mi padre... por favor mamá, dime su nombre... quién era él...
El rostro bañado en lágrimas conmovió el corazón de Fabio que después de unos minutos de silencio dijo: está bien... si tanto quieres saberlo te lo voy a decir...
A: ¿quién es mi padre? dime cómo se llamaba...
F: tu padre se llamaba Lucio... Lucio Montenegro...
El pequeño Andrés repitió el nombre escuchado: ¿Lucio Montenegro?... Lucio es el nombre de mi padre... y dónde está enterrado... ¿en el panteón de la ciudad?...
F: no, él no está enterrado aquí...
A: ¿por qué no?
F: porque él nunca vivió aquí...
A: entonces dónde vivía... por favor mamá, si ya comenzaste a hablar dímelo... dime dónde está enterrado mi padre...
Sin darle la mirada a su hijo, Fabio respondió: él está enterrado en un lugar llamado Tierra Caliente...
Han pasado varios años y hoy Andrés Duarte ya es un hombre y está en Tierra Caliente... ha llegado con un sólo objetivo vengarse de los Montenegro, la familia que según él acabó con la vida de su padre...
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En una cantina del pueblo, el joven pelioscuro bebía de una copa cuando Hiram, un prostituto que se hizo su amigo se acercó a él...
H: ¿por qué siempre tienes esa cara?
A: ¿qué cara?
H: pues no sé... como si estuvieras enojado... por eso nadie se te acerca... llevas varias semanas aquí y no has hecho ningún amigo...
A: no es mi intención hacer amigos... yo estoy aquí con otro objetivo...
H: y cuál es ese objetivo...
A: no te lo voy a decir...
H: uy que misterioso, pero a mí me encantan los hombres que son misteriosos como tú...
Andrés sonrió y jaló al prostituto haciendo que este se sentará sobre sus piernas...

H: ¿quieres que esta noche me vaya a la posada contigo?
El pelioscuro no respondió sino que besó apasionadamente los labios de Hiram, que correspondió a la caricia de manera ardiente...
Un grito interrumpió el fogoso momento...
"Andréééééééééésssss", eso fue lo que vociferó Emmanuel Montenegro, quien con el rostro enrojecido por la furia veía a su novio besando a un prostituto...
El pelioscuro se puso de pie rápidamente, pero el rubio ojimiel fue más veloz y le dio una fuerte bofetada al barbado...
E: hipócrita... eres un hipócrita y mentiroso Andrés...
A: escúchame Emmanuel, no es lo que crees...
E: no tengo por qué escucharte... para mí todo está muy claro... y yo que pensé que tu amor era sincero... y mientras yo te soy fiel tú te revuelcas con putas... pues quédate con ellos... no quiero volver a verte nunca...
El rubio se dio la vuelta para irse del lugar, pero Andrés lo detuvo sujetándolo del brazo...
A: espera Emmanuel... no te vas a ir sin escucharme...
Nuevamente, la mano del ojimiel se estampó en la cara de Andrés...
E: no me vuelvas a tocar... vete al diablo imbécil...
Furioso como un león, Emmanuel salió corriendo de la cantina mientras que el pelioscuro se quedó parado sin saber qué hacer...
Hiram, que había observado todo sin intervenir se acercó y dijo: pues vaya que es bravo el muchachito ese... te dio dos buenas cachetadas...
Andrés no contestó, no le dolían los golpes... sentía ardor, pero en su orgullo... lo que acababa de suceder ponía en riesgo sus planes de venganza por lo que lleno de rabia tomó la botella de tequila que estaba en su mesa y la arrojó a la pared para descargar su coraje...
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Emmanuel llegó a la Hacienda y se encerró en su cuarto donde descargó todo su coraje... arrojó con fuerza todo lo que había en el tocador y desarregló su cama con ira... después de unos momentos se sentó en el suelo y comenzó a llorar... su llanto era de impotencia, de sentirse engañado y burlado por el hombre que amaba...
En su mente cruzaban los recuerdos de los besos de Andrés, la excitación que sentía cuando el pelioscuro lo tocaba, pero de pronto llegaba la memoria de unos momentos antes... el encontrarlo en una cantina besando ardientemente a ese prostituto...
El ojimiel se sentía asqueado por lo que tallaba con fuerza sus labios intentando borrarse la sensación de los besos de Andrés...

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La noche llegó y en el cuarto de Juan y Tadeo, el rubio se preparaba para dormir cuando se dio cuenta que su esposo estaba muy pensativo y con rostro de preocupación...
T: ¿qué te pasa mi amor? te noto preocupado...
J: n-no, no me pasa nada... bueno, sí...
T: no te entiendo, explícate...
J: es que no me pasa nada a mí... sino a Mateo...
T: ¿qué tiene Mateo?
J: no lo sé, pero desde ayer está muy extraño... no sé, presiento que le pasó algo y no quiere decírmelo...
Tadeo se preocupó al escuchar las palabras de Juan: algo ¿cómo qué?
J: pues no lo sé, no quiere decirme nada...
Como impulsado por un resorte, el rubio se puso de pie: ahora mismo voy hablar con él y a mí sí tendrá que decirme...
J: no, mi amor espera... no vayas... si no ha querido hablar conmigo mucho menos lo hará contigo...
T: pero es que tenemos que saber qué le pasa...
J: démosle unos días... quizá sólo son figuraciones mías... mañana intentaré hablar con él nuevamente...
T: está bien, pero cualquier cosa avísame... sabes que por encima de cualquier cosa están tú y mis hijos...
J: lo sé mi amor, lo sé...
Juan besó tiernamente en los labios a su marido y este se acostó abrazando fuertemente a su amado esposo, quien se sentía seguro durmiendo entre esos fuertes brazos...
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Mientras tanto, en la casa principal de la Hacienda, Rafael platicaba con Francoise en la habitación del francés...

R: ¿te la pasaste bien con Emmanuel? ¿a dónde fueron?
F: sí... me llevó a conocer el río y estuvimos platicando hasta que...
R: hasta que ¿qué?
F: hasta que regresamos...
El ojiazul decidió no contarle a Rafael que en realidad Emmanuel lo había dejado en el río y después le llamó a su celular para decirle que regresara a la Hacienda... Francoise no sabía lo que había ocurrido entre Emmanuel y Andrés, pero intuía algo...
F: y a ti ¿cómo te fue con los ganaderos?
R: pues más o menos... mañana vamos a tener que verlos nuevamente... pero será rápido y en la mañana... te prometo que mañana vamos estar juntos casi todo el día...
El francés sonrió y dijo: bueno, pues hay que descansar, pero tengo sed voy a la cocina por un vaso de agua...
R: yo te lo traigo...
F: no es necesario... yo voy que no soy ningún inválido... ahora vuelvo...
Francoise fue a la cocina vestido en pijama y después de haberse servido una jarra de agua se topó con Ángel, quien llegó sólo con pantalones para dormir y el torso desnudo...

El ojiazul no pudo evitar apreciar el musculoso cuerpo del pelinegro, que se quedó mudo al ver al bello rubio...
F: Ángel... yo sólo vine por un poco de agua...
Á: s-sí claro... esta es tu casa y puedes hacer lo que quieras...
F: merci (gracias)... la verdad es que todos han sido muy amables conmigo... principalmente tú, quien desde que llegué al pueblo y sin que supieras quién era te portaste muy amable...
Á: ah pues... digamos que en Tierra Caliente somos muy hospitalarios...
Francoise puso su mano en el hombro de Ángel: y tú eres todo un caballero...
El contacto con la mano del francés erizaba el cuerpo del pelinegro, que sin poder disimular su nerviosismo se apartó de Francoise...
Á: bueno, yo ya me voy a dormir...
F: pero no venías por algo a la cocina...
Á: ah sí claro... venía también por agua...
F: bueno, pues hasta mañana, bonne nuit...
Francoise guiñó el ojo y salió de la cocina dejando al pelinegro muy nervioso... Ángel no podía evitar sentirse atraído por el francés, pero sabía que tenía que hacer algo para enterrar los sentimientos que el ojiazul despertaba en él... era el novio de su hermano, por lo que estaba prohibido...
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En el cuarto de Emmanuel, este no dejaba de llorar mientras que su celular tenía muchas llamadas perdidas así como mensajes recibidos... el ojimiel decidió no leerlos y para conciliar el sueño prefirió apagar el móvil...
Andrés estaba furioso al ver cómo Emmanuel no le contestaba ni le respondía los mensajes... lleno de rabia arrojó su celular a un espejo provocando que se rompiera...
A: maldita sea... no contesta... pero no te me vas a escapar tan fácil Emmanuel... tú tienes que ser mío... tienes que ayudarme en mi venganza... no voy a permitir que esta estupidez interfiera en mis planes...

El pelioscuro apenas si pudo dormir esa noche... en su mente pensaba qué hacer para volver a tener a Emmanuel comiendo de su mano...
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Al día siguiente en la preparatoria, Emmanuel y Mateo desayunaban... ninguno de los dos hablaba mucho, ambos estaban inmersos en sus pensamientos, pero el castaño tenía un rostro pálido y ojeroso, algo que no pasó desapercibido para el ojimiel...
E: ¿te pasa algo Mateo? no te ves nada bien...
M: ¿qué? perdón no te escuché...
E: te decía que te ves cansado y ojeroso... ¿no dormiste bien?
M: la verdad no...
E: ¿por qué? ¿sigues enfermo? ¿qué tienes Mateo?
M: sólo estoy un poco mal del estómago... eso es todo Emmanuel...
E: ¿estás seguro? sabes que puedes confiar en mí... puedes contarme lo que sea Mateo y yo te voy ayudar...
Mateo vio a los ojos a su primo y deseó echarse a llorar y contarle lo que le había ocurrido... estaba a punto de hacerlo cuando fue interrumpido por la llegada de Pablo...
P: Mateo, qué bueno que ya estás bien... ayer fui a verte a tu casa y tu mamá me dijo que estabas indispuesto... espero que te hayan gustado las flores que te lleve...
M: ah, sí... me dijo que estuviste ahí, gracias...
P: bueno, quisiera hablar contigo ¿podemos hacerlo?
M: n-no... lo siento, pero ahora estoy platicando con mi primo y estamos hablando de cosas importantes...
P: sí entiendo... entonces te parece que lo hagamos a la hora de la salida...
M: tampoco puedo... hoy tengo prisa...
P: entonces puedo ir en la tarde a tu casa...
Haciendo un gran esfuerzo para hablar, Mateo dijo en tono serio: mira Pablo, voy a ser claro contigo... en realidad no quiero hablar contigo ni ahora ni nunca... ¿entiendes?
El castaño se fue corriendo y el pelirrojo quedó sorprendido por la contestación... Emmanuel que había escuchado todo no supo qué decir y fue detrás de su primo...

Tommy que estaba cerca vio la escena y aprovechó para acercarse al confundido Pablo...
T: parece que Mateo ya se está mostrando tal cual es ¿verdad?
P: ¿qué quieres decir Tommy?
T: que por lo visto decidió cambiar su pose de niño bueno y amable contigo... para mí eso significa que ya no le interesas...
P: ¿cómo puedes saber eso?
T: porque lo conozco a él y a su primo desde hace años y sé la clase de personas que son... utilizan a los chicos para burlarse de ellos... seguramente Mateo ya se cansó de ti y por eso no quiere hablarte...
P: pues yo no creo eso...
T: ya te convencerás tú mismo... sólo te puedo asegurar algo, Mateo no es el chico inocente que crees... ya no lo es...
Tommy se alejó de Pablo dejándolo aún más confundido...

En el salón de clases, Mateo recogía su mochila cuando Emmanuel lo cuestionó...
E: ¿por qué recoges tus cosas? ¿a dónde vas?
M: a mi casa... me siento mal así que ya me voy...
E: te acompaño...
M: no Emmanuel... yo me voy solo... tú quédate...
E: ¿qué te pasa Mateo? ¿por qué le contestaste así a Pablo... él es un buen chico y no creo que se merezca esto...
M: pues porque a mí no me interesa y si a ti se te hace tan buen chico, pues quédatelo tú...
Emmanuel se sorprendió por la respuesta de su primo y vio cómo este se iba del salón sin decir nada más...
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En la Hacienda Montenegro, Francoise esperaba a Rafael... el musculoso rubio llegó y besó en los labios a su francés...
F: pensé que tardarías más...
R: la negociación con los ganaderos terminó antes, pero ellos quieren que yo los acompañe a su rancho para otros negocios que vamos hacer...
F: y dónde queda su rancho...
R: en otro pueblo cercano, pero lo que voy hacer me llevará todo el día... así que mañana no estaré aquí...
F: mmm... parece que eres un hombre muy ocupado... creo que no fue buena idea venir...
R: no Francoise... no digas eso por favor... yo estoy feliz de que estés aquí, pero entiende que hay ciertos compromisos...
F: lo entiendo perfectamente y lo que menos quiero es alterar tu vida normal... el problema es que tengo pensado irme este fin de semana...
R: ¿qué? pero por qué tan pronto...
F: pues porque debo seguir con mi viaje y...
R: no Francoise... no lo hagas... no te vayas... me dijiste que sientes por mí algo que nunca habías sentido, pues a mí me pasa lo mismo... quédate un poco más... quédate hasta que descubramos que es esto que sentimos...
F: pero Rafael entiende que...
El musculoso rubio puso sus dedos en los labios de Francoise para impedir que siguiera hablando...
R: quédate Francoise... quédate un poco más...
F: ¿hasta cuándo?
R: hasta... hasta que regresen mis padres... me gustaría que ellos te conocieran...
F: pero me dijiste que ellos se fueron de viaje...
R: sí y seguramente les falta poco menos de un mes para volver... quédate hasta que los conozcas...
Francoise observó los profundos ojos de Rafael y respondió: está bien, me quedaré...
Rafael besó a Francoise lleno de alegría...
R: te prometo que voy a procurar estar más tiempo contigo...
F: no quiero interferir en tu vida, lo único que te pido es que nunca me mientas ni me decepciones...
R: nunca lo haré... te lo prometo...
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A la salida de la preparatoria, Emmanuel alcanzó a Pablo para hablar con él...
E: Pablo te juro que no sé qué le pasa a Mateo, pero él no es así... por favor compréndelo...
P: la verdad es que no me esperaba que me dijera tan de frente que yo no le intereso...
E: es que eso no es cierto... él dijo eso... no sé por qué lo dijo...
P: no te esfuerces en justificarlo... está en su derecho de no querer nada conmigo aunque la verdad yo sí me había ilusionado...
E: pues entonces lucha por él... no te des por vencido sólo por lo que te dijo hoy... te aseguro que mi primo es un chico que vale mucho la pena...
P: ¿por qué haces todo esto Emmanuel? ¿por qué te interesa que Mateo y yo tengamos algo?...
E: porque mi primo es un chico maravilloso y me daría gusto verlo enamorado... enamorado de alguien como tú...
P: ¿alguien como yo?
E: sí... un chico noble y sincero...
P: te agradezco tus palabras Emmanuel... digan lo que digan yo creo que tú también eres una persona muy valiosa y aunque quizás no llegue a nada con Mateo me gustaría ser tu amigo...
E: ya lo somos Pablo... somos amigos...
El pelirrojo abrazó fraternalmente al ojimiel, que correspondió de la misma manera a ese abrazo... ninguno de los dos supuso que Tommy los observaba y les tomó una fotografía con su celular...

Luego de despedirse de Pablo, Emmanuel se dirigía a su casa cuando al pasar por una esquina sintió cómo era jalado del brazo... quien lo jaló fue Andrés...
E: Andrés ¿qué haces?
A: necesitamos hablar Emmanuel...
Con voz recia, el ojimiel contestó: yo no tengo nada que hablar contigo...
Emmanuel intentó irse, pero el pelinegro lo arrinconó en la pared y lo aprisionó entre sus brazos para no permitirle huir...
A: ya te dije que vamos hablar y no te vas a ir sin escucharme...
E: no tienes nada qué decirme... para mí está muy claro que te acuestas con prostitutos...
A: sí, es verdad... no te lo voy a negar...
E: eres un cínico...
A: no lo soy... soy un hombre Emmanuel... un hombre joven y con necesidades...
E: ja... ¿vas a decirme que te acuestas con esa clase de tipos sólo porque necesitas satisfacer tus necesidades sexuales?
A: sí, así es... y lo hago con ellos porque tú no has querido darme lo que necesito...
El rubio reaccionó de manera violenta: ¿cómo te atreves a decirme eso? eres un canalla... así que sólo quieres acostarte conmigo... ¿eso es lo que buscas?
A: no busco sólo eso... pero entiende que necesito desfogarme y tú como mi novio no me dejas hacerlo contigo...
E: porque yo no soy ninguna puta...
A: lo sé, pero un hombre tiene que buscar en otro lugar lo que no le dan en su casa...
E: quieres decir que para que ya no te acuestes con prostitutos yo tengo que acceder a tener relaciones sexuales contigo...
A: pues eres mi novio y tu deber es complacerme en ese sentido...
E: eres un grandísimo estúpido Andrés...
A: quizás lo soy pero tú aún eres un niño...
E: ¿cómo dices?
A: que sólo eres un niño mimado... creí que estaba tratando con un chico maduro, pero veo que me confundí... yo soy un hombre y necesito a alguien igual que yo...
Emmanuel habló retadoramente: yo también soy un hombre...
A: entonces demuéstralo... compórtate como tal... o es que acaso tú no tienes necesidades también... acaso no sientes que tu cuerpo arde cuando estamos cerca... no sientes la excitación que yo emano cuando te toco... no tienes la necesidad de sentirme dentro de ti...
El rubio sentía el caliente aliento del pelinegro muy cerca de él y mientras este hablaba, el ojimiel quería gritar que también tenía necesidad de ser tocado y sentirse amado, pero se contuvo...
Emmanuel empujó a Andrés y dijo: eres un imbécil... tú no me comprendes... ojalá no vuelva a verte nunca...
A: yo tampoco quiero verte mientras no dejes de ser un niño...
El rubio salió corriendo con lágrimas en los ojos y el pelinegro se quedó sonriendo, pues sabía que había calado muy hondo en el corazón de Emmanuel...
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En su casa Mateo estaba sentado solo en un sofá de la sala... Jonás, su hermano menor, llegó de la secundaria...
J: hermano ¿qué te pasó? me dijeron que te saliste antes de clases...
M: shhhh... por favor no hables tan fuerte... le dije a mamá que las clases se habían terminado antes... no me descubras por favor...
J: claro que no... pero ¿por qué te saliste antes?
M: es que... no me sentía bien... eso es todo...
J: pues la verdad es que no tienes muy buena cara... ¿no tendrás fiebre?
El adolescente colocó su mano sobre la frente de su hermano mayor para medir su temperatura...
Mateo vio muy de cerca a Jonás y al observar su cabello rubio y rizado recordó a Lucas así como el momento en que este lo penetró salvajemente arrebatándole su castidad...

El castaño gritó con los ojos apanicados: nooooo... no me toques, no me toques...
Jonás se asustó ante la reacción de su hermano y este se levantó del sofá para irse corriendo a su cuarto... en cuanto llegó a su habitación, Mateo se echó a llorar sobre su cama...
Su mente era inundada por las imágenes de la cruel violación vivida a manos de Lucas... su cuerpo volvía a sentir el dolor de las fuertes embestidas... su mente era atormentada por no poderse borrar los recuerdos de su desgracia...
Con el rostro bañado en lágrimas, el muchacho pedía: ya no quiero pensar en eso... ya no... ya no... Dios Mío, ayúdame a olvidar... ayúdame...
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El sol ya se había ocultado en Tierra Caliente cuando Emmanuel pensaba a solas en una de las caballerizas... sus pensamientos fueron interrumpidos por la aparición de Francoise...
F: qué bueno que te encuentro solo...
E: ah Francoise... discúlpame por lo de ayer... te dejé solo en el río...
F: eso no importa... lo que quiero saber es por qué... ibas a buscar a tu novio Andrés para presentármelo y no volviste... ¿por qué?
E: no tiene caso que te lo diga... él y yo terminamos...
F: ¿qué? pero si ayer me decías que era un hombre maravilloso...
E: pues me confundí... no es ninguna maravilla... al contrario es igual que todos... y no quiero volver a saber de él...
Francoise se acercó al muchacho y le dijo: tus labios dicen una cosa pero tus ojos dicen otra... es obvio que te duele lo que pasa... cuéntame por qué terminaste con él...
Emmanuel no pudo contener las lágrimas y habló: pues porque él... porque él quiere algo de mí que yo no le puedo dar...
A pesar de su juventud, el francés era un hombre viajado y entendió a qué se refería el muchacho...
F: Emmanuel ¿y esa es suficiente razón para terminar?
E: es que él quiere que yo me entregue, pero yo...
F: y ¿tú que quieres?
E: yo lo amo... lo amo y lo deseo... cuando estoy con él siento que mi piel arde... siento un fuego dentro de mí cuando me besa y me toca...
F: eso es fantástico...
E: pero es que me da miedo... Francoise yo nunca he tenido sexo con nadie y si Andrés se burla de mí... si sólo quiere usarme y después me deja... yo no sé qué haré...
F: Emmmanuel... tú te quejas de vivir en un pueblo machista y tienes ideas tan retrógradas... olvídate de cosas como la virginidad y disfruta de tu cuerpo... no tiene nada de malo explorar nuestra sexualidad y vivir al cien...
El ojimiel se limpió las lágrimas y dijo: ¿en verdad crees eso Francoise?
F: por supuesto que sí... el amor es algo bello y parte del amor es el sexo... no hay nada más bello que entregarse al hombre que amamos... yo perdí mi virginidad con un hombre que amé muchísimo y aunque las cosas no funcionaron y ya no estoy con él no me arrepiento de nada... creo que me arrepentiría más si no me hubiera entregado a él...
E: no lo sé... en estos momentos no estoy seguro de nada...
F: piensa en esto Emmanuel... si supieras que después de hoy no volverás a ver nunca más a Andrés ¿de qué te arrepentirías más? ¿de lo que hiciste o de lo que no hiciste con él?
El ojimiel no contestó nada...
Francoise sonrió y se alejó del muchacho para dejarlo pensar, antes de irse dijo: L'amour n'est pas un jeu à jouer, c'est une vie à vivre (El amor no es un juego al que jugar, es una vida que vivir)

Emmanuel se mordió los labios pensando y a su mente vino el recuerdo de Andrés y de su primer beso...
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En casa de Juan, Mateo recibía una inesperada visita, Tommy...
M: Tommy, qué sorpresa que estés aquí...
T: vine porque necesitamos hablar Mateo... pero tiene que ser en privado...
M: está bien... vamos a mi cuarto...
Dentro de su habitación, Mateo preguntó: ¿qué pasa Tommy? ¿por qué tanto misterio?
T: el otro día yo iba para mi casa cuando me encontré a Lucas, platicó conmigo un rato y después se fue...
M: no entiendo por qué me cuentas esto...
T: porque cuando llegué a mi casa me di cuenta que no tenía mi celular... pensé que lo había perdido y nada más, pero esa noche Lucas llegó a mi casa para entregarme mi celular... yo le reclamé por habérmelo robado y fue entonces cuando me dijo lo que había hecho...
Con voz temblorosa, Mateo preguntó: q-qué fue lo que te dijo...

T: me dijo que había abusado de ti...
Mateo dio la espalda a Tommy y comenzó a llorar en silencio...
T: con una sonrisa en los labios, Lucas me dijo que te había desflorado...
M: no digas más Tommy... no sigas... muero de vergüenza... no sigas...
Tommy abrazó a Mateo quien sollozaba en su hombro... el malvado joven disfrutaba verlo así, pero fingía sentir dolor por él... todo era parte de un plan...
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Mientras tanto en la posada del pueblo, Andrés terminaba de bañarse... escuchó que tocaban la puerta de su cuarto por lo que se colocó únicamente una toalla para cubrir su desnudez...
Con el cuerpo humedecido por el agua, el pelioscuro abrió la puerta y se sorprendió al encontrarse con Emmanuel...

El rubio sintió que su corazón latía más fuerte al ver a ese hombre semidesnudo con el cuerpo y el cabello totalmente húmedos...
Con voz ronca, Andrés preguntó: ¿qué haces aquí?
Emmanuel dudó unos segundos, pero finalmente dijo con un tono de seguridad y altivez: vine para demostrarte que no soy un niño... y quiero que tú me demuestres qué tan hombre eres...

Andrés sonrió ante el atrevimiento del chico y sin esperar más besó apasionadamente los labios del ojimiel, que correspondió de manera ardiente...
Ambos cuerpos se entrelazaron sintiendo el fuego que cada uno sentía por el otro...
El pelioscuro jaló a Emmanuel hacia dentro de su cuarto y cerró la puerta...

Continuará...