1.- Dinastía parte 1: una familia feliz







Tierra Caliente es un pueblo perdido en el mapa, un lugar con ambiente caluroso dedicado a la ganadería y a las actividades agrícolas... entre las familias más poderosas de la región se encuentran los Montenegro...
Uno de sus integrantes es Gabriel Santos de Montenegro, un hombre fertilizable que llegó a Tierra Caliente hace más de 20 años... la primera vez que llegó lo hizo con la intención de reafirmar su fe para convertirse en un sacerdote... los caminos de la vida lo llevaron a enamorarse de Damián Montenegro...



...ambos procrearon cuatro hijos, dos varones, Ángel de 20 años y Rafael de 19... un chico fertilizable, Emmanuel, de 17 años... y una chica de 15 años llamada Maia...
En una tranquila mañana en la Hacienda Montenegro, Gabriel dormía plácidamente dentro de su cuarto cuando sigilosamente nueve personas se acercaban a la habitación... el mayor de ellos y patriarca de la familia, Damián, abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido... poco a poco todos se introdujeron y se colocaron al pie de la cama donde dormía el castaño...
El barbado Damián se sentó en el lecho y susurró en el oído de Gabriel: mi amor, ya es de mañana, despierta...
El castaño sintió que los rayos del sol tocaban su rostro y poco a poco abrió sus ojos para encontrarse con una sorpresa...
En ese momento todos los presentes comenzaron a cantar a la par: Estas son las mañanitas que cantaba el rey David a los muchachos bonitos se la cantamos así...
Gabriel no pudo más que sonreír lleno de felicidad al ver a su familia reunida despertándolo el día de su cumpleaños... con lágrimas en los ojos observaba a cada uno de ellos... a tres de sus hijos, Ángel, Emmanuel y Maia que sostenía un pastel en sus manos... también estaban Tadeo (el primer hijo de Damián), su esposo Juan y sus tres hijos, un varón fertilizable de 18 años llamado Mateo... un varón de 16 de nombre Jonás... y Saraí, una chica de 11 años...
Y a su lado estaba Damián, su querido barbado y esposo, a quien amaba con todo su corazón...
Cuando terminaron de cantar todos gritaron al unísono "Felicidades", al tiempo de lanzarse sobre la cama para abrazar a Gabriel que no pudo evitar derramar lágrimas de alegría...
Damián dijo: pero mi amor hicimos todo esto para alegrarte no para que llores...
G: y lo lograron... si lloro es de felicidad... le doy gracias a Dios porque tengo la familia más hermosa del mundo...
Maia, una bella chica rubia y de ojos color verde aceituna, habló: mira mamá... yo te hice este pastel... de chocolate porque es tu favorito...

Su hermano Emmanuel dijo burlándose: mmm... pues yo que tú no lo como mamá... si lo hizo Maia debe haber quedado horrible... es malísima cocinando...
Todos rieron ante el comentario...
Maia: eres un menso Emmanuel... me quedó muy rico... tío Juan me ayudó a hacerlo...
Emmanuel sacó la lengua burlándose de su hermana al tiempo que Damián dijo: ya chicos dejen de pelear... recuerden que es el cumpleaños de mamá y no quiero que lo hagan enojar...
Sonriendo, Gabriel interrumpió: por el contrario, escucharlos me hace feliz y por supuesto que voy a comer ese pastel... estoy seguro que te quedó delicioso Maia, más si te ayudó Juan, él es un excelente chef...
Gabriel guiñó el ojo a Juan, quien correspondió el gesto con una sonrisa... ambos se conocieron en Tierra Caliente y la tragedia los unió, al paso de los años su amistad se convirtió en una hermandad y así es como ambos se consideran, hermanos por elección...
Ángel, el primogénito de Gabriel se acercó con un ramo de rosas rojas y se las entregó: toma mamá, son para ti...
El castaño abrazó al mayor de sus hijos y luego de darle un beso en la frente le dijo: gracias mi amor, están hermosas...
Á: tú eres aún más bello mamá...
Ángel había heredado la masculinidad de su padre, era un joven de tez blanca, alto, musculoso, de cabello negro, ojos negros y con barba... solía usar unos anteojos dotándolo de un aire intelectual...

Tadeo dijo: nosotros no te trajimos nada Gabriel, tu regalo te lo daremos en la tarde...
Damián: así es, recuerden que en la tarde todos comeremos con mamá para celebrarlo, así que no acepto ninguna excusa... sé que hoy es día de trabajo y escuela, pero todos tienen que venir a comer...
Emmanuel: es verdad, miren la hora qué es... Mateo vámonos o la bruja de química no nos dejará entrar a clases...
Mateo: no seas grosero Emmanuel... la profesora de química no es mala...
Emmanuel: eso lo dices porque a ti te quiere, pero a mí me odia... y ya apúrate...
Emmanuel jaló a Mateo que se despidió de todos diciendo: hasta la tarde...
Sonriendo, Tadeo dijo: ese Emmanuel es todo un caso... te va sacar canas verdes papá...
Maia: la verdad es que mi hermano es insoportable por eso ningún maestro del instituto lo quiere... además que es bien bruto...
Gabriel: Maia, no te expreses así de tu hermano...
Maia: pero si no digo ninguna mentira... Emmanuel puede ser muy listo para otras cosas, pero en la escuela es pésimo... si no fuera por Mateo seguiría en primer año de primaria...
Jonás, el segundo hijo de Tadeo y Juan, un chico rubio de cabellos ondulados y largo hasta los hombros, dijo: bueno Maia, será mejor que también nosotros nos vayamos... recuerda que tienes clases de inglés...

Maia: ay Jonás... no sé cómo te sabes mis clases si tú vas en el último grado de secundaria y yo en segundo...
Jonás: sí, pero tu salón está al lado del mío...
Maia sonriendo: es lo bueno de que mi guapo primo esté siempre al pendiente de mí...
Jonás se sonrojó y dijo: bueno... yo ya me voy... quédate si quieres...
El muchacho se dirigió a la puerta y Maia se apresuró a alcanzarlo: no, espérame... nos vemos en la tarde... besos a todos...
Ángel: bueno, yo también me voy... tengo cosas que hacer...
Tadeo: también nosotros nos vamos... voy a llevar a Saraí a la primaria...
Juan: y yo voy alistar la comida para esta tarde... va ser algo delicioso Gabriel...
G: gracias Juan... muchas gracias a todos... Dios los bendiga...
Todos salieron de la habitación y solo se quedaron Gabriel y Damián, este último veía con ojos llenos de amor a su castaño...
G: muchas gracias Damián... estoy seguro que tú organizaste todo esto...
D: y ¿te gustó la sorpresa?
G: me encantó...
D: y esto es solo una parte... en la noche te entregaré mi regalo...
G: ¿en la noche?
D: así es... esta noche tú y yo vamos a ir a cenar a un lugar muy especial... así que quiero que te pongas más bello de lo que eres...
Gabriel sonrió: ahora entiendo porque invitaste a todos a comer en la tarde...
D: exacto... quiero que en la noche seas sólo para mí...
El barbado rubio besó los labios del castaño que correspondió a la caricia de su marido...
El momento fue interrumpido por el timbrar del celular de Gabriel...
D: ¿quién te llama?
G: es Rafael... bueno... Rafael...
R: feliz cumpleaños mamá... te quiero mucho y lamento no estar contigo este día... sabes que no podía faltar a este compromiso...
G: lo sé mi amor y no te preocupes... pásala bien en donde estás...
R: te prometo que te voy a llevar un regalo enorme...
G: mi mejor regalo será verte hijo...
R: te amo mucho mamá...
G: y yo a ti...
Rafael es el segundo hijo de Gabriel y Damián... él es de tez blanca, musculoso, cabello rubio y ojos verdes... un ejemplar masculino dotado de virilidad...

Rafael se encuentra en Playa Dorada, uno de los sitios turísticos más exclusivos del país... viajó para estar toda la semana en una convención sobre veterinaria... él estudia para ser veterinario ganadero, por lo que fue a este evento de talla internacional...
Sentado en un restaurante con vista al mar, el joven rubio desayunaba cuando vio llegar a un chico que llamó su atención por su belleza... era un joven delgado, de tez muy blanca, cabello rubio, facciones delicadas y unos hermosos ojos azules...
El chico se sentó cerca de la mesa de Rafael y dijo al mesero: Bonjour... puedes traerme un "Kir" (cóctel francés)...
El ojiverde sonrió y acostumbrado al juego de la seducción se levantó de su mesa y con seguridad se acercó al joven que notó su presencia...
R: Bonjour, commen allez-vous? (Hola, ¿cómo estás?)
El ojiazul recorrió con su mirada a Rafael y sonriendo contestó: Bien, merci (Bien, gracias)
R: ehhh... la verdad es que no soy muy bueno con el francés... espero que tú sí hables bien el español... ¿puedo sentarme?
Sonriendo, el francés contestó: adelante, siéntate y sí domino el español... viví un año en España...
R: oh... es bueno saberlo... así no tendremos problemas con el idioma y dime de qué parte de Francia eres...
De París, contestó el ojiazul... y supongo que tú eres de este país, añadió...
R: así es... soy Rafael Montenegro y tú cómo te llamas...
Je m'apelle Francoise Dumont (Me llamo Fransua Dumont), respondió...
R: mucho gusto Francoise... encantado de conocerte...
F: Enchanté Rafael...

R: y dime qué haces en Playa Dorada... ¿es tu primera vez aquí?
F: sí, es la primera vez que vengo a Playa Dorada... estoy de vacaciones recorriendo América...
R: y hasta cuándo estarás aquí...
F: hasta este domingo... después continuaré mi viaje...
R: pues mira que coincidencia... yo también estaré aquí hasta el domingo...
F: ja... yo no creo en las coincidencias... yo sólo creo en el destino...
R: pues... yo también lo creo... sin duda fue el destino quien hizo que nos encontráramos... salud por eso...
Francoise sonrió coquetamente y elevando su bebida dijo: À notre santè (A nuestra salud)
Ambos jóvenes tomaron de su bebida mirándose fijamente a los ojos... los ojos verdes de Rafael se perdían en los ojos azules de Francoise, un azul tan profundo como el mar que los rodeaba...
Mientras tanto en el Instituto de Tierra Caliente, Emmanuel platicaba con Mateo... ambos estaban sentados en una banca a la hora del receso...
Emmanuel era un joven rubio, de tez blanca y ojos color miel... un chico con el rostro angelical...

...mientras que Mateo tenía la piel blanca, de cabello castaño y ojos verdes... ambos eran muy guapos, pero de carácter muy diferente...
E: escuchaste lo que me dijo el profesor de matemáticas, es que ya me trae de encargo

E: escuchaste lo que me dijo el profesor de matemáticas, es que ya me trae de encargo... te juro que ya quiero terminar la preparatoria... no soporto más estar aquí...
M: pero tú también le contestaste mal... si no estuviéramos en un colegio privado ya te habrían expulsado...
E: ay pues que lo hagan... me harían un favor...
M: y dime ¿qué vas hacer cuándo salgamos de aquí?... ya sabes qué vas a estudiar...
E: ay Mateo cómo crees... ni siquiera sé si quiero seguir una carrera...
M: pues yo sí ya sé... quiero estudiar medicina... deseo ser un gran doctor para salvar vidas...
E: sí Mateo... ya sé que eres un cerebrito... la verdad es que yo prefiero casarme y olvidarme de estudiar...
M: ¿cómo dices eso?... Emmanuel ese es un pensamiento arcaico...
La conversación de los jóvenes fue interrumpida por la llegada de Tomás, un compañero de salón... un alegre muchacho de cabello rubio y ojos azules...

T: Emmanuel, qué bueno que te encuentro... traigo algo para ti...
E: ¿qué cosa Tommy?
T: es una carta de... bueno, mejor léela tú mismo...
Emmanuel abrió la carta y leyó lo que decía...
Intrigado, Mateo preguntó: ¿qué pasa Emmanuel? ¿quién te envió esa carta?
Sonriendo, Emmanuel contestó: es de Efrén... quiere que nos veamos a la hora de la salida en el patio trasero...
M: y ¿para qué?
E: ¿cómo para qué? es obvio... seguro quiere decirme que le gusto...
M: y ¿qué vas hacer?
E: pues obviamente voy a ir...
La hora de la salida llegó y Emmanuel fue al patio trasero, donde Efrén lo esperaba...

Efrén es un joven musculoso de tez blanca y cabello castaño cenizo... era uno de los varones más atractivos del colegio y tenía su mirada puesta en el joven de ojos de miel...
Ef: Emmanuel... por un momento pensé que no vendrías...
Em: y por qué no...
Ef: porque sé cómo eres... te gusta jugar con los chicos...
Em: no digas tonterías... yo no he jugado con nadie... simplemente no soy ningún tonto...
Ef: sí, lo sé y dime sabes por qué te cité aquí...
Em: creo saberlo, pero prefiero que tú me lo digas... si es que te atreves...
Ef: yo no soy ningún cobarde...
Em: lo sé, de lo contrario no estaría aquí... y bien qué quieres decirme...
Efrén se acercó a Emmanuel y viéndolo a los ojos le dijo: me gustas Emmanuel, me gustas mucho....
En ese momento, Mateo estaba en la salida del colegio cuando Ángel bajó de su camioneta y dijo: Mateo, vine a buscarlos para llevarlos a la Hacienda... ¿dónde está Emmanuel?
Mateo se sorprendió al ver a Ángel, sabía que cuidaba mucho a su hermano: ehhh... pues él fue al baño... ahora viene...
Á: pues lo voy a esperar...
M: si quieres voy a buscarlo...
Á: está bien... te acompaño...
M: no, mejor no... o voy yo solo...
Á: ¿qué te pasa Mateo?... estás muy nervioso... dime dónde está Emmanuel realmente...
Entre tanto, Efrén le decía al ojimiel: y bien ¿no dices nada?... ya te dije que me gustas...
Em: y qué quieres que te diga...
Ef: quiero saber si yo también te gusto... Emmanuel, me encantas y desde hace mucho deseo besarte en esos labios sensuales que tienes...
Em: dicen que los besos no se piden sino que se roban...
Efrén sonrió y se acercó al chico tomándolo de la cintura... la respiración de Emmanuel comenzó a agitarse pues estaba por recibir su primer beso... el rubio cerró sus ojos esperando sentir el roce de los labios del otro...
De pronto, Efrén sintió como era jalado bruscamente por alguien, al tiempo que recibía un puñetazo en su rostro...
Emmanuel abrió sus ojos y vio a su hermano Ángel que con rostro furioso vociferaba: ¿quién te crees imbécil? ¿cómo te atreves a querer besar a mi hermano?
Em: Ángel ¿qué estás haciendo aquí?...
Á: vete para la camioneta Emmanuel... yo voy arreglar esto... le voy a partir la cara a este tarado...
Efrén se limpió la sangre que salía de sus labios y dijo: tú no eres nadie para pegarme...
Á: ¿que no soy nadie? soy Ángel Montenegro y no voy a permitir que te aproveches de mi hermano...
Ef: yo no quería aprovecharme de él... sólo iba a besarlo...
Á: y ¿eso te parece poco? en tus sueños vas a estar con mi hermano... vamos, lánzame un golpe... atrévete si es que eres tan machito como para querer besar a Emmanuel...
Efrén iba enfrentar a Ángel, pero Emmanuel lo detuvo: nooo... Efrén no lo hagas... por favor vete...
Á: suéltalo Emmanuel... déjalo que me ataque... vamos a ver qué tan macho es...
Em: ya cállate Ángel... y tú Efrén, vete... dije que te vayas...
Furioso, Efrén dijo: me voy pero es porque no quiero buscarme un problema en el colegio...
Efrén se retiró del lugar mientras Ángel decía: sí claro, eres una gallina, eso pasa...
Con lágrimas en los ojos, Emmanuel se lanzó sobre Ángel y le dijo: eres un cabrón... tú no tienes derecho a ponerme en ridículo...
Ángel detuvo las manos de su hermano menor y respondió: ¿que no tengo derecho?... soy tu hermano mayor y es mi responsabilidad cuidarte...
E: yo no necesito que nadie me cuide... sé cuidarme solo...
Á: sí claro... por eso es que te encuentras con tipos como ese detrás de la escuela... qué clase de chico eres... cuando papá se entere verás lo que te hace... me da pena decirle que su hijo se está convirtiendo en una zorra...
E: eres un estúpido... no tienes por qué decirme eso...
Á: ya deja de hacer tus berrinches y vámonos a la Hacienda...
E: sí me voy... pero me iré solo...
Á: tú te vas conmigo... conociéndote eres capaz de ir tras ese pendejo...
Ángel tomó del brazo a Emmanuel y lo sacó del colegio mientras el rubio lloraba en silencio sintiéndose muy avergonzado...
Más tarde en la Hacienda Montenegro, todos estaban reunidos para comer y celebrar el cumpleaños de Gabriel...
La pequeña Saraí, hija de Juan y Tadeo, entró llevando el regalo de Gabriel...
S: para el abuelito más bueno del mundo...
G: gracias mi amor... tú también eres la niña más linda del mundo...
S: pero eso le dices también a Maia...
G: no, te equivocas... a Maia le digo que es la jovencita más linda del mundo y tú eres la niña más linda... entiendes la diferencia...
La niña sonrió y con la inocencia que caracteriza a los pequeños preguntó: oye abuelito y cuántos años cumples...
G: pues dime ¿cuántos crees que tengo?
S: mmmm... yo creo que como 100...
Todos rieron ante la respuesta de Saraí...
Juan dijo: hija cómo puedes creer que Gabriel tenga 100 años...
S: pues porque es mi abuelito y los abuelitos siempre tienen muchos años... aunque tú luces muy joven...
Gabriel sonrió: gracias por eso pequeña... y sí soy un abuelito muy joven... cumplo 41 años...
S: ¿41?... igual son un chorro de años...
G: claro, para ti son muchos mi amor...
Todos se sentaron a comer y disfrutaron del momento... sólo Emmanuel no estaba muy contento por lo que había pasado en el instituto... Ángel decidió no decirle nada a sus padres para no arruinar el cumpleaños de Gabriel...
Después de la comida, se partió el tradicional pastel y cuando todos estaban en la sala tocaron la puerta... la sirvienta le dijo a Ángel que alguien lo buscaba...
El pelinegro fue a la recepción y se encontró con Abel, su novio...
Án: ¿Abel? ¿qué estás haciendo aquí?
Ab: pues supe que es el cumpleaños de tu mamá y decidí venir a darle su regalo...
Abel es un chico de cabello negro, delgado y de ojos café oscuros... inició su relación con Ángel desde hace un año, pero este nunca lo ha presentado con su familia...

Án: por favor Abel, ni siquiera conoces a mi mamá...
Ab: pues precisamente vine a conocerla... dice el dicho que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña...
En ese momento, Gabriel salió a la recepción y se encontró con los jóvenes...
G: ¿qué pasa hijo? ¿quién es este muchacho?
Án: mamá... él es...
Ab: mucho gusto don Gabriel... yo soy Abel Linares, el novio de Ángel...
Gabriel se sorprendió por lo que dijo el chico: ahh, pues mucho gusto joven...
Ab: tome, este regalo es para usted... espero que le guste...
G: estoy seguro que sí... pero pasa... te gustaría comer una rebanada de pastel...
Ab: sí, me encanta la idea... gracias señor...
Y Ángel vio con mirada molesta como Abel entraba con Gabriel... le disgustaba la idea que su "novio" se tomará ciertas atribuciones, pero ya lo hablaría después con él... no quería arruinar la fiesta...
En la cocina de la Hacienda, Jonás, el segundo hijo de Juan y Tadeo, se servía un vaso de refresco cuando entró Maia...
M: así que aquí estás... me sirves un vaso a mí también...
J: claro... oye es mi impresión o Emmanuel está molesto... no sé lo noto raro...
M: sí, yo también aunque estoy segura que con quien está molesto es con Ángel...
J: ¿por qué lo dices?
M: porque acaba de llegar el supuesto novio de Ángel y Emmanuel ni siquiera lo saludó...
J: lo que me sorprende es saber que Ángel tiene un novio y lo trajo con la familia...
M: pues creo que a todos nos sorprendió... oye por cierto tengo algo que reclamarte...
J: ¿qué cosa?
M: eres el único que no probó de mi pastel de chocolate...
J: sabes que el chocolate no me gusta...
M: sí, pero podrías hacer una excepción... después de todo es el primer pastel que preparo y además me ayudó tu mamá...
J: gracias, pero soy alérgico al chocolate...
M: ay Jonás... no eres capaz de hacerlo ni siquiera por mí... que soy tu prima favorita...
Jonás sonrió y dijo: Maia eres mi única prima...
La rubia rió y guiñando un ojo respondió: es cierto, jajajaja... anda vamos, sólo prueba mi pastel... una cucharadita y ya...
Jonás no pudo negarse a la petición de su prima, no sabía por qué, pero esa chica ejercía cierto poder sobre él...
J: está bien, pero solo una probadita...
M: ok... aquí tengo una rebanada... es más cierra los ojos y yo te lo doy...
Dudando, Jonás preguntó: ¿qué quieres hacerme Maia?
M: ay como eres desconfiado... no voy hacerte nada... anda cierra los ojos...
El rubio obedeció y cerró los ojos... Maia aprovechó y tomando la rebanada de pastel se lo embarró en la cara...
M: jajajajajajajajajaja... ay Jonás eres un tonto... cómo pudiste caer en una trampa tan obvia...
Con la cara manchada de chocolate, Jonás dijo: así que esto querías... pues ahora verás...
M: primero tendrás que alcanzarme, jajajajaja...
El chico tomó el resto de la rebanada de pastel y comenzó a corretear a la chica que reía alegremente... ambos eran dos adolescentes negándose a dejar de ser niños, pero pronto conocerían el dolor de crecer y de amar...
La noche cayó en Tierra Caliente y en un restaurante, Gabriel y Damián cenaban íntimamente... a la luz de las velas ambos platicaban tranquilamente...
D: no sabes cuánto me gusta compartir estos momentos solo contigo...
G: yo también mi amor... me encanta estar con la familia, pero también me gusta estar a solas contigo...
D: ¿sabes una cosa?
G: ¿qué?
D: te amo... a pesar de los años mi amor por ti sigue siendo el mismo del día en que nos casamos... Gabriel, contéstame algo... ¿te arrepientes de haberte casado conmigo? ¿te arrepientes de haber dejado el camino del sacerdocio por mí?
El castaño sonrió y contestó con una sonrisa: no, por supuesto que no me arrepiento... es verdad que cuando era joven soñaba con el sacerdocio, pero hoy después de tantos años, me doy cuenta que no cambiaría mi vida por nada... gracias a ti tengo cuatro hijos maravillosos, tengo una gran familia y me siento muy satisfecho... todo gracias a ti Damián...
El barbado elevó su copa de vino y dijo: salud por eso mi Gabriel...
Gabriel correspondió al gesto: salud, mi Damián...
Luego de beber de su copa, el rubio sacó un sobre de su saco y dijo: bueno, llegó el momento de darte mi regalo... toma, ábrelo...
G: ¿qué es?
D: descúbrelo tú mismo...
El castaño abrió el sobre y se encontró con unos boletos de avión...
G: son unos boletos de avión... ¿para Europa?
Damián sonrió: feliz cumpleaños mi amor... mi regalo es un viaje para los dos por toda Europa y eso será sólo el inicio después viajaremos a Tailandia, Japón y China...
Sorprendido, Gabriel dijo: wow... no sé qué decir...
D: pues dime que sí te gusta, porque en una semana nos iremos de viaje y estaremos fuera por varios meses...
G: ¿meses?... pero Damián y qué va pasar con la Hacienda...
D: pues lo mismo que siempre... seguirá funcionando como hasta ahora... confío en Tadeo y Ángel para que se hagan cargo de todo en mi ausencia... además Rafael ya estará de regreso y también ayudará...
G: pero y los chicos... no podemos dejarlos tanto tiempo solos...
D: por favor mi amor... ya ninguno es un niño... además Ángel como el mayor puede cuidar de Emmanuel y Maia...
G: sí, pero es que no estaré tranquilo...
D: a ver Gabriel, desde que nos casamos nunca hemos podido hacer un viaje largo, primero porque estabas embarazado... después los niños eran pequeños... luego por la escuela de ellos... en fin ahora por fin podremos hacer este viaje tú y yo solos ¿no te emociona?
G: no es que no me emocione... me encanta pensar en hacerlo, pero mi corazón de madre no me permite irme despreocupado...
D: pues tendrás que hacerlo... porque si no viajamos ahora no lo haremos nunca...
G: tampoco exageres Damián...
D: no exagero, pero conociendo a Ángel y Rafael que andan como burros en primavera, un día de estos nos salen con que ya preñaron a alguien y luego vas a querer cuidar a esos nietos...
Gabriel rió ante la sinceridad de su marido: ay Damián... dices las cosas de una forma...
D: pero entonces qué... aceptas hacer este viaje...
El castaño dudó por un momento y luego respondió: sí, acepto... hagamos este viaje y que Dios bendiga lo que sigue...
El rubio barbado se puso feliz por la respuesta de su amado y lo besó en los labios...
Esa noche, Gabriel y Damián se entregaron al amor y a la pasión... a pesar de los años ambos sentían como sus cuerpos se encendían al entrar en contacto...
El barbado se enterraba en el interior de su esposo... conocía cada uno de sus gemidos y sabía cómo llenarlo de placer hasta hacerlo explotar de éxtasis...
Por su parte, Gabriel sabía complacer a su marido, había aprendido a corresponder a cada una de las caricias de su barbado... pero esta noche era especial... esta noche, el castaño se sentía en el cielo recordando con cada beso de su marido la noche de su primera entrega... la noche en la que por primera vez Gabriel se abrió para Damián entregándole su alma y su cuerpo...
Los besos y las caricias no cesaron en ambos cuerpos que ya no eran tan jóvenes como cuando se conocieron, pero así como sus cuerpos, también su amor había madurado convirtiéndose en un sentimiento sólido e inquebrantable... el dolor era cosa del pasado ahora sólo los embargaba el placer...
Pero a veces, el pasado se niega a ser enterrado y lucha por salir de la tumba... en un cementerio de un lejano pueblo, un joven estaba parado frente a una lápida que decía "Aquí reposan los restos de Fabio Duarte. Descanse en paz"
El joven era un hombre de entre 19 y 20 años, su cabello era rubio oscuro y sus ojos cafés y misteriosos, de tez blanca, alto y delgado pero de cuerpo musculoso, sus rasgos eran muy varoniles y su voz ronca... su nombre era Andrés...
A: madre, te juro que voy hacer justicia por todo lo que pasó... tú y mi padre no pudieron ser felices por culpa de esos miserables Montenegro... tanto tú como mi padre yacen bajo tierra y esos malditos viven felices, pero yo me encargaré de destruir su felicidad... yo también soy un Montenegro y reclamaré lo que me corresponde por derecho de sangre... te lo juro...
El muchacho se hincó frente a la tumba y luego de persignarse se levantó y dijo: me voy... no podré visitarte en mucho tiempo porque... mañana mismo me voy para Tierra Caliente...

Los planes de venganza de un hombre confundido ¿pondrán fin a la felicidad de la familia Montenegro? Aquí inicia una nueva saga con historias envueltas en un remolino de amor, odio, intriga, drama y pasión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario