Especial: Navidad con los Montenegro


Es la mañana del 24 de diciembre en Tierra Caliente...
Han pasado unos cuantos meses de la boda de Gabriel y Damián
Han pasado unos cuantos meses de la boda de Gabriel y Damián... el castaño tiene tres meses de embarazo de su tercer hijo, por lo que su estómago luce ligeramente inflamado...
A Gabriel siempre le ha encantado la temporada decembrina y esta será su primera navidad casado en Tierra Caliente...
Con una sonrisa más grande que de costumbre, el castaño entró a su habitación con la charola de desayuno para su marido, Damián...
G: buenos días mi amor... ya levántate...
El barbado rubio se despertó y vio la amplia sonrisa de su lindo esposo... le parecía estar viendo a un ángel, al que sólo le faltaban las alas y la aureola...
le parecía estar viendo a un ángel, al que sólo le faltaban las alas y la aureola
D: me encanta que me despiertes así... eres tan hermoso...
G: te preparé el desayuno... pensé que tendrías hambre...
D: sí, tengo hambre de ti...
Damián tomó por la cintura a Gabriel y lo atrajo hacia él diciéndole: lo único que quiero comerme eres tú...
Juguetonamente, el barbado comenzó a mordisquear el cuello de su chico...
G: Damián, no, espera... Damiáááánnn...
D: quiero hacerte el amor todo el día... hoy no tenemos nada que hacer...
El castaño empujó a su caliente marido y le dijo: quizá tú no tengas nada que hacer, pero yo sí...
D: ¿qué vas hacer?
G: ¿cómo qué? hoy es Nochebuena y mañana Navidad... me puse de acuerdo con Juan para que juntos preparemos la cena de esta noche...
Damián se puso serio y dijo: ¿cena? no me dijiste que habría cena...
G: pues porque era obvio que haríamos algo, pero tú no te preocupes, Juan y yo nos encargaremos de todo
G: pues porque era obvio que haríamos algo, pero tú no te preocupes, Juan y yo nos encargaremos de todo... además de nosotros cuatro y los niños va a venir mi mamá y también invité al padre Abraham y...
Con voz fuerte, el barbado dijo: aquí no vendrá nadie esta noche...
Sorprendido por la reacción de su marido, Gabriel preguntó: ¿por qué no?
D: porque en esta casa no se celebra la navidad... la única que lo celebraba era mi madre y desde que ella murió en esta Hacienda no volvió a haber cena de Nochebuena ni ninguna de esas tonterías...
G: pero Damián, yo no quiero que mis hijos crezcan sin celebrar la Navidad... esta noche festejamos el nacimiento del niño Jesús, yo quiero que ellos crean en él y celebren esta fecha...
D: pues siento no poder complacerte... hoy aquí no habrá ninguna cena especial y es mi última palabra...
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Más tarde en casa de Juan y Tadeo, Gabriel se quejaba con sus amigos mientras cargaba a su pequeño Rafael...
G: Damián me dijo que no se hará la cena de Nochebuena y yo estaba muy ilusionado con este día... es la primera vez que la pasaríamos todos juntos y...
J: tranquilo Gabriel, a Damián le molestó que no le hayas comentado antes lo de la cena, pero seguramente cambiará de opinión...
Tadeo, que jugaba con el pequeño Ángel, dijo: yo lo dudo, ya saben que mi papá es muy testarudo y la verdad es que para él estas fechas son muy dolorosas...
J: ¿por qué lo dices?
T: porque según me contó mi papá, cuando era niño a su mamá, es decir mi abuela, le encantaban estas festividades, preparaba una gran cena y la Hacienda se llenaba de amigos, pero cuando ella murió, mi abuelo decidió que nunca más se festejaría la navidad... desde entonces para mi papá, su hermano y mi abuelo este día es como cualquier otro... de hecho mi papá me dijo que generalmente se iba de viaje para no estar estos días en la Hacienda, seguramente le duele recordar lo felices que eran cuando su mamá vivía...
de hecho mi papá me dijo que generalmente se iba de viaje para no estar estos días en la Hacienda, seguramente le duele recordar lo felices que eran cuando su mamá vivía
Gabriel dijo: ¿entonces crees que no debo insistir con la cena?
T: pues...
Juan interrumpió diciendo: pues yo creo que sí debe hacerse la cena... todos aquí hemos pasado navidades amargas y también hemos perdido a seres queridos, pero eso no significa que debemos olvidar nuestro espíritu navideño, al contrario hoy debemos celebrar que después de muchos problemas, estamos todos juntos, con salud y esperanza...
todos aquí hemos pasado navidades amargas y también hemos perdido a seres queridos, pero eso no significa que debemos olvidar nuestro espíritu navideño, al contrario hoy debemos celebrar que después de muchos problemas, estamos todos juntos, con ...
Juan acarició su estómago inflamado por los cuatro meses de embarazo y continuó: al igual que tú Gabriel, yo también quiero que mis hijos crezcan en un ambiente de felicidad celebrando la Navidad...
Gabriel sonrió: tienes mucha razón Juan... lo que le pasó a Damián es doloroso, pero es hora de que olvide sus amargos recuerdos y los sustituya por nuevos momentos felices... el problema es cómo convencerlo...
Tadeo se acercó a Gabriel y le dijo: pues si alguien puede convencerlo eres tú... la única debilidad de mi padre eres tú...
la única debilidad de mi padre eres tú
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Damián salía de bañarse y se encontró a Gabriel guardando en una caja un disfraz de duende navideño...
D: ¿qué haces?
G: guardando este disfraz... ya no va a servir...
D: ¿no me digas que te ibas a poner ese disfraz para tu dichosa cena?
G: no, para la cena no... iba a usarlo para después de la cena cuando estuviera a solas contigo...
Los ojos de Damián se abrieron enormemente y a su mente llegó la imagen de Gabriel vestido de duende navideño haciéndole muchas cosas "sucias"...
El barbado se acercó a su esposo: ¿dices que te ibas a poner eso esta noche conmigo?
G: era una sorpresa para ti después de la cena, pero ahora que ya no va haber cena, pues tampoco habrá sorpresa...
Damián miró inquisidoramente a Gabriel: un momento... ¿no querrás chantajearme verdad?
¿no querrás chantajearme verdad?
G: no te entiendo...
D: te conozco bien Gabriel... estás haciendo todo esto porque quieres convencerme de la cena de esta noche...
El castaño tuvo que admitir sus intenciones: está bien, es verdad... pero por favor mi amor, acepta que hagamos la cena de Nochebuena... mi mamá ya viene para acá y no puedo cancelarle al padre Abraham...
D: por eso debiste haberme consultado antes... yo soy el jefe de esta casa Gabriel, ya es hora que lo entiendas...
G: lo entiendo y también comprendo tus motivos por los que no quieres que se haga la cena, pero ya es tiempo de olvidar el pasado y que esta Hacienda vuelva a llenarse de alegría...
D: no Gabriel, por lo visto no entiendes mis motivos...
G: ¿por qué tienes que ser tan testarudo Damián? ¿por qué?
El castaño se sentó en la cama y comenzó a llorar como un niño... al verlo así, Damián se sintió mal, algo que no podía soportar era ver llorar a su esposo...
El barbado se acercó a Gabriel y le dijo: ya, deja de llorar... está bien, haz la cena que tenías planeada... tienes razón, por mi culpa no es justo que tú y los niños no tengan cena de Nochebuena...
Gabriel sonrió: ¿de verdad?... mi amor por eso te quiero tanto...
El castaño abrazó feliz a su esposo y le dijo: ¿qué postre quieres? el que sea, lo cocino especialmente para ti...
El castaño abrazó feliz a su esposo y le dijo: ¿qué postre quieres? el que sea, lo cocino especialmente para ti
D: da igual el postre que hagas... yo no voy a estar aquí...
G: ¿qué? pero ¿por qué no?
D: ya te lo dije, yo no celebro estas fechas, pero tampoco es justo que les amargue la navidad a ti y a mis hijos... haz la cena y pásenla felices...
Con un puchero, Gabriel dijo: pero es que yo no puedo estar feliz si no estás tú...
D: lo siento Gabriel, pero en eso no cambiaré de opinión... ya acepté que hagas la cena aquí en la casa... no me pidas más...
Y Damián cumplió su palabra, a las seis de la tarde antes que llegaran los invitados, el barbado salió de la Hacienda con rumbo desconocido...
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Eran las nueve de la noche y en la casa principal de la Hacienda se vivía un ambiente festivo... en la sala estaban Gabriel, Juan, Tadeo, Martha, la mamá de Gabriel, y los pequeños Ángel y Rafael...
Martha le preguntó a su hijo: ¿en dónde está Damián?Con un dejo de tristeza, el castaño respondió: él no va a venir mamá
Martha le preguntó a su hijo: ¿en dónde está Damián?
Con un dejo de tristeza, el castaño respondió: él no va a venir mamá...
Tadeo cambió la conversación: ¿y a qué hora vamos a cenar? huele muy rico...
G: en cuanto venga el padre Abraham... sólo a él lo estamos esperando...
Juan: ¿y los regalos? ¿a qué hora los abriremos?
G: esos hasta después de las 12 de la noche... por cierto aquí tengo el del padre Abraham, espero que le guste...
En la Iglesia de San Sebastián, el padre Abraham terminaba de dar la última misa de Nochebuena y se preparaba para irse a la Hacienda... recogió una bolsa con algunos regalos para la familia Montenegro, todos eran pequeños detalles de poco valor material, pero de mucho valor estimativo...
El sacerdote salió del templo y caminaba por el parque que lucía desierto... a esa hora todos estaban en sus casas conviviendo en familia, pero en una banca solitaria alguien estaba sentado...
El cura se acercó y reconoció al hombre, era Damián Montenegro...
El cura se acercó y reconoció al hombre, era Damián Montenegro
A: ¿Damián? hijo, pero qué haces aquí... pensé que ya estarías en la Hacienda con Gabriel y tu familia...
D: buenas noches padre... no, yo no... yo no voy a ir a la cena de esta noche...
A: ¿por qué no?
D: porque yo no creo en estas cosas... usted sabe que...
A: sí, lo sé... tu padre les prohibió a tu hermano y a ti celebrar la Navidad tras la muerte de tu mamá, pero hoy ya ninguno de ellos está... ahora tú eres la cabeza de una nueva familia, ¿no crees que es tiempo de olvidar y volver a celebrar como en los viejos tiempos?
D: precisamente por eso no puedo hacerlo padre... ¿cómo puedo celebrar cuando mi padre, mi hermano y mi madre ya no están? sobre todo ella, mi mamá...
A: te entiendo hijo, pero a tu mamá le gustaría que...
D: por favor padre no insista... ni Gabriel pudo convencerme...
A: está bien no insistiré... sólo quiero darte algo...
El viejo sacerdote sacó de su bolsa de regalos, uno de ellos... era un sobre decorado con motivos navideños...
D: ¿qué es esto?
A: es el regalo que te iba entregar esta noche... tómalo, no es nada caro, es sólo algo que encontré en mi vieja caja de recuerdos... buenas noches y feliz Navidad, hijo...
El padre Abraham se fue rumbo a la Hacienda dejando solo a Damián...
Poco después, el barbado decidió abrir su regalo... tenía muchos años que no recibía un obsequio de Navidad...
Damián se sorprendió al encontrarse en el interior del sobre con una vieja fotografía... en la imagen aparecían su madre y él con apenas cinco años... ella luciendo un vestido celeste y mostrando una sonrisa angelical mientras que él estaba disfrazado de Santa Claus riendo alegremente...
Con la mano temblorosa por la emoción, el barbado volteó la fotografía y encontró en el reverso algo escrito... era la letra de su madre...
"Padre Abraham... muchas gracias por el regalo de navidad para Damián... el disfraz no quiere quitárselo ni para dormir... está muy contento y a mí me hace muy feliz... así es como quiero verlo siempre, sonriendo de felicidad.
Su amiga, Ana de Montenegro"
Lágrimas comenzaron a escurrir por las mejillas de Damián, lágrimas que salían desde lo más profundo de su corazón... esa vieja fotografía le hacía evocar todos aquellos momentos felices de infancia, cuando acompañaba a su mamá a preparar la cena navideña, cuando con su papá adornaban el árbol navideño y cuando con su hermano mayor escribían las cartas a Santa Claus...
Con el rostro bañado en llanto, Damián colocó la fotografía en su pecho, muy cerca de su corazón, donde ahora habitaban todos sus seres queridos que ya no estaban...
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Y en la casa principal de la Hacienda, todos estaban reunidos en la mesa para empezar a cenar...
Gabriel le dijo a Tadeo: ¿podrías hacernos el honor? ya que tu papá no está ¿podrías cortar el pavo?
El rubio sonrió: claro que sí Gabriel...
A pesar de que todos mostraban una sonrisa en sus labios, en sus corazones sabían que faltaba alguien para que la felicidad fuera completa
A pesar de que todos mostraban una sonrisa en sus labios, en sus corazones sabían que faltaba alguien para que la felicidad fuera completa...
Tadeo se colocó en la cabeza de la mesa y cuando iba cortar el pavo, escucharon una voz conocida que dijo: Buenas noches...
Todos voltearon a ver al recién llegado... era Damián...
D: ¿puedo unirme a su celebración?
Con una gran sonrisa, Gabriel corrió hacia su marido y le dijo: bienvenido mi amor...
Tadeo habló: papá ¿nos harías el honor?
Damián se colocó a la cabeza de la mesa y ante la mirada de su familia y amigos cortó el pavo...
Todos cenaron llenos de alegría y a las 12 de la noche se abrazaron deseándose una ¡Feliz Navidad!...
Todos cenaron llenos de alegría y a las 12 de la noche se abrazaron deseándose una ¡Feliz Navidad!
Después abrieron los regalos en armonía y con el corazón rebosante de cariño fraterno...
El padre Abraham se acercó a Damián y le dijo: así que al final decidiste venir...
D: fue gracias a su regalo... usted me recordó al niño que todos llevamos dentro y me hizo ver que ya es tiempo de sepultar los recuerdos amargos... ahora soy el jefe de esta familia y mientras yo viva no habrán más navidades tristes en la Hacienda Montenegro...
Gabriel se acercó: ¿de qué hablan?
D: de ti... le comentaba al padre Abraham que tú no me diste regalo de navidad porque me lo darás más noche ¿verdad?
El castaño se puso rojo como un tomate y le dio un manotazo a su marido: Damián, qué cosas dices...
D: ¿qué cosa? me refiero a una camisa o un pantalón o ¿usted qué entendió padre?
El padre Abraham sonrió y dio gracias a Dios por ver feliz a Damián, tan feliz como cuando era un niño...
D: ¿qué cosa? me refiero a una camisa o un pantalón o ¿usted qué entendió padre?El padre Abraham sonrió y dio gracias a Dios por ver feliz a Damián, tan feliz como cuando era un niño
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Luego que la cena concluyó, todos se fueron a descansar... ya todos dormían menos Gabriel y Damián...
El barbado molestaba a su castaño: yo hice lo que tú me pediste... ahora te toca cumplir...
G: ¿de verdad quieres que me disfrace de duende?
Damián asintió y dijo: quiero que esta noche seas un duende muy malo
Damián asintió y dijo: quiero que esta noche seas un duende muy malo...
G: a veces eres tan perverso...
El rubio sonrió como un niño que acaba de hacer una travesura...
El rubio sonrió como un niño que acaba de hacer una travesura
G: está bien, me voy a cambiar...
El rubio tomó por el brazo a Gabriel: espera... mejor no...
G: ¿por qué no?
Damián empujó a Gabriel a la cama y se colocó encima de él: más que verte con el disfraz, prefiero verte sin nada...
El barbado desvistió velozmente a su chico y apreció la desnudez de ese angelical cuerpo... besó con ternura el vientre donde en esos momentos habitaba su tercer hijo...
G: ¿sabes? ya tengo un nombre para este bebé...
D: ¿cuál?
G: si es niño quiero que se llame Emmanuel que significa "Dios está con nosotros"... ¿te gusta?
D: me encanta y sólo espero que este niño sea como tú, tan bello como tú...
Damián recorría con sus labios cada espacio del pecho de Gabriel y se detuvo para morder una de sus tetillas, arrancándole gemidos de placer...
Con el rubor en sus mejillas, Gabriel dijo: mi amor, tengo frío...
D: ahora te daré calor... te voy a dar tu mejor "noche buena"...
Y los besos, caricias y gemidos de dos apasionados amantes inundaron esa habitación en la madrugada del 25 de diciembre...
Y los besos, caricias y gemidos de dos apasionados amantes inundaron esa habitación en la madrugada del 25 de diciembre
Al día siguiente, todos se levantaron temprano, todos menos Gabriel y Damián, quienes apenas y habían dormido...
EPÍLOGO
Los años pasaron y cada Navidad fue una fiesta en la Hacienda Montenegro... la familia creció y se sumaron varios integrantes...
Ahora Ángel tiene 10 años, Rafael 9, Emmanuel 7 y Maia 5, pero ellos no son los únicos pequeños de la familia, también están Mateo de 8 años, Jonás de 6 y la pequeña Saraí de tan solo un año...
Esta Navidad, Damián se vistió de Santa Claus y repartió los regalos a todos los niños... Gabriel, Juan y Tadeo veían con alegría la emoción de sus hijos... eran una familia muy feliz en Tierra Caliente...
Pero en la ciudad de Montecristo dentro de una casa, un pequeño de 9 años observaba desde la ventana a la numerosa familia del hogar de enfrente...
Fabio, madre del niño, le dijo: Andrés ¿por qué no abres tus regalos? esta vez Santa Claus te trajo muchos...
Fabio, madre del niño, le dijo: Andrés ¿por qué no abres tus regalos? esta vez Santa Claus te trajo muchos
A: no me interesa ningún juguete... no me trajo lo que yo más quería...
F: ¿qué cosa?
A: a mi papá... ¿por qué mamá? ¿por qué yo no tengo papá? ¿por qué no tengo hermanos? ¿por qué no somos una familia como la de enfrente?
F: ¿otra vez con lo mismo? Andrés, ya te expliqué que nosotros sólo nos tenemos el uno al otro... nosotros dos somos una familia...
A: pero es que yo quiero una familia grande... quiero a mi papá... dime ¿dónde está mi papá? dímelo...
Fabio decidió ignorar las palabras de su hijo: ven a cenar o se te va a enfriar, además te preparé el postre que más te gusta...
El pequeño entendió que su madre no le diría nada y con tristeza respondió: sí, ahora voy...
Andrés volvió a asomarse por la ventana y vio a la familia abrazándose, ya eran las 12 de la noche, ya era Navidad...
En esos momentos, una estrella fugaz cruzó el cielo y cerró los ojos: algún día yo también tendré una gran familia y cada Navidad será una fiesta...
En esos momentos, una estrella fugaz cruzó el cielo y cerró los ojos: algún día yo también tendré una gran familia y cada Navidad será una fiesta
Andrés regresó a la mesa donde sólo estaba su madre Fabio...
F: Feliz Navidad hijo...
Con una leve sonrisa, el pequeño pelioscuro contestó: !FELIZ NAVIDAD!
Con una leve sonrisa, el pequeño pelioscuro contestó: !FELIZ NAVIDAD!
!FELIZ NAVIDAD!